El peligro de las fumigaciones en la Región Oriental, se denomina el material lanzado por los investigadores Marielle Palau y Miguel Lobianco.
“Miles de estudiantes están en exposición al peligro por fumigaciones ilegales en cultivos de soja”, aseguraron durante la presentación del documento en el centro cultural Manzana de la Rivera.
Desglosan sobre monocultivos a una distancia prohibida por ley, lindando con 99 escuelas públicas. De acuerdo al informe se vio la necesidad de conocer el riesgo de fumigación en que se encuentran los establecimientos escolares rurales en esta parte del país.
Los datos recogidos indican que en el 17,4% de las escuelas, existen monocultivos a 100 metros o menos; en el 4,8% la distancia es de 101 a 200 metros.
El marco normativo vigente, que es la Ley Nº 3742/09 “De control de productos fitosanitarios de uso agrícola”, establece “una franja de seguridad de 100 metros para fumigaciones terrestres y 200 metros para fumigaciones aéreas entre el área de tratamiento con productos fitosanitarios y todo asentamiento humano, centros educativos, centros y puestos de salud, templos, plazas y otros lugares de concurrencia pública”.
Más peligro. La investigación observa que se identificaron 29 escuelas (8,1%) que tienen monocultivos a menos de 50 metros, inclusive 19 de ellas a 10 metros o menos.
Apenas el 10,4% de los casos identificados del uso de agrotóxicos se enmarca dentro de la ley y dista a 200 o 1.000 metros de los centros educativos analizados.
Los investigadores apuntan a los organismos estatales como responsables principales por la falta de control de las normativas vigentes.
“Esta situación es consecuencia de la inacción de las instituciones competentes, la principal de ellas, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), lo que conlleva a la impunidad de delitos ambientales”.
Para la presentación del libro, estuvieron dirigentes de organizaciones campesinas, estudiantes y otros miembros de la comunidad educativa.
“No se hace nada”
Otro dato alarmante del estudio se dio a través de una encuesta a directores y directoras. Cuando se percibe que se está realizando una fumigación, la gran mayoría –en porcentajes similares entre hombres y mujeres– indicó que no se hace nada (60,3%), apunta la investigación. En segundo lugar, la principal acción emprendida por los responsables de cada escuela es cerrar puertas y ventanas y no salir al patio durante estas acciones.