02 may. 2025

A cuatro años de la muerte de Juan Pablo II el Grande

Han transcurrido cuatro años sin Karol Wojtyla, el primer Papa eslavo de la historia de la Iglesia, que descansa en las Grutas Vaticanas en la tumba que sirvió de morada durante 38 años al beato Juan XXIII.

Agencias - ÚH

Mañana 2 de abril se cumple el cuarto aniversario de la muerte de Juan Pablo II, el Papa polaco considerado un conservador en dogma y moral y avanzado en materia social, que jugó un destacado papel en la caída

Juan Pablo el Grande, como se le conoce, falleció a las 21.37 horas de Roma (19.37 GMT) a los 84 años de edad, tras una agonía de dos días y pocas horas después de que afirmara con un hilo de voz “dejadme ir a la Casa del Padre”, las últimas palabras que pronunció antes de morir, según recoge la Acta Apostolicae Sedis.

Karol Wojtyla, el primer papa eslavo de la historia de la Iglesia, descansa en las Grutas Vaticanas en la tumba que sirvió de morada durante 38 años al beato Juan XXIII, el Papa Bueno, al que tanto apreciaba.

Fue un papa contemplativo y misionero, según lo definió Benedicto XVI, que fue su mano derecha durante 24 años, y que en este año sin Wojtyla siempre que se ha referido a él le ha llamado “mi venerado predecesor” y el Pontífice que supo “entrar en el corazón de la gente”.

"¡SANTO YA!”. La gente le amó y aún sigue vivo en la memoria el grito "¡súbito santo!” (¡santo ya!) que decenas de miles de personas corearon repetidamente el 7 de abril de 2005 durante los funerales.

En aquellos días, más de tres millones de personas acudieron a Roma para dar su último adiós a Juan Pablo II y no dudaron en hacer colas de hasta doce horas para poder rendirle homenaje en la capilla ardiente levantada en la basílica de San Pedro, donde quedó expuesto el cadáver.

La petición de la proclamación de la santidad estuvo acompañada del desplegar de pancartas con las mismas palabras, frase que desde entonces se ha repetido cada vez que se habla de Karol Wojtyla, cuya tumba se ha convertido en un lugar de peregrinación y es visitada diariamente por una media de 23.000 personas.

Con su fallecimiento concluyó un papado que comenzó el 16 de octubre de 1978, tras un cónclave que llevó al solio pontificio a un papa “venido de tierras lejanas”, como él mismo dijo, y que rompió una tradición de 455 años de pontífices italianos.

Su papado fue el de los récord. En esos años realizó 104 viajes por el mundo y 144 por Italia.

Publicó catorce encíclicas, comenzando con la Redemp-tor hominis, en la que trazó las línea de su pontificado, el tercero más largo de la historia de la Iglesia.

Convocó nueve consistorios en los que creó un total de 232 cardenales, de ellos uno “in pectore”, cuyo nombre se llevó a la tumba.

CON LOS LUTERANOS. Fue el primer Papa que visitó una iglesia luterana (Roma, 1983), el primero que pisó una sinagoga (Roma, 1986) y el primero que entró en una mezquita (Damasco, 2001) y oró en su interior. También fue el primero que mantuvo un encuentro con una comunidad musulmana (Casablanca, Marruecos, 1985).

Juan Pablo II fue uno de los papas más amenazados de la historia. El 13 de mayo de 1981 a punto estuvo de morir al ser tiroteado y alcanzado en el abdomen y la mano en el atentado perpetrado por el terrorista turco Mehmet Alí Agca.

El atentado fue el día de la Virgen de Fátima y él siempre mantuvo que “una mano (la de Agca) disparó y otra (la de la Virgen) desvió la bala”.

Viajó en tres ocasiones a Fátima (Portugal) y durante el último, en el año 2000, se desveló el famoso “tercer secreto de Fátima”, que se refería precisamente, según informó el Vaticano, al atentado que sufrió en 1981.

Murió sin poder visitar Moscú ni China. Su sucesor, Benedicto XVI, siguiendo su norma, considera prioritario para la Iglesia el continente asiático.

En su primer consistorio, el alemán Joseph Ratzinger ha creado tres cardenales de esas tierras, entre ellos el obispo de Hong Kong, y tal vez un día pueda cumplir el deseo negado a Juan Pablo II de pisar Pekín.

Sin Wojtyla se han multiplicado los libros, películas y documentos sobre Juan Pablo II, cuya santidad es evidente.

REALIZÓ UNA HISTÓRICA VISITA A PARAGUAY EN PLENA DICTADURA STRONISTA

Juan Pablo II visitó Paraguay en mayo de 1988, llegando al aeropuerto Silvio Pettirossi el día 16. Bajo una intensa lluvia besaba con amor y respeto tierra paraguaya. Sabía que visitaba “un país no exento de dificultades, pero lleno de esperanza y de fe en Dios”. El mismo día de su llegada tuvo lugar la canonización de los beatos Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo (tres jesuitas mártires) en Campo Ñu Guazú. Era un día de verdadera fiesta para el pueblo paraguayo: Roque González de Santa Cruz, primer santo paraguayo.

BENEDICTO XVI CONMEMORA CON JÓVENES EL ANIVERSARIO DE SU MUERTE

Benedicto XVI celebrará mañana una misa en sufragio por el alma de Juan Pablo II en el cuarto aniversario de su fallecimiento, a la que ha invitado a los jóvenes de la diócesis de Roma, en preparación de la Jornada Mundial de la Juventud de Domingo de Ramos, 5 de abril. La misa se celebrará en la basílica de San Pedro.

La Jornada Mundial de la Juventud se creó en 1984, cuando Juan Pablo II entregó una cruz de madera de cuatro metros de alto a los jóvenes invitándoles a llevarla por todo el mundo.

La próxima se celebrará en Madrid en 2011.

UNA FRASE

“Dejadme ir a la Casa del Padre”

fueron las últimas palabras que pronunció antes de morir Juan Pablo II, el 2 de abril del año 2005, según recoge el Acta Apostolicae Sedis.