El premio, dotado con 25.000 euros (27.400 dólares), se dio a conocer, como es habitual, en la víspera de la inauguración de la Feria del Libro de Fráncfort, el mayor encuentro sectorial a nivel mundial.
El jurado destacó que el libro, un “texto complejo”, describe “los viejos anhelos por el amor, el vino tinto, Italia, en una aventura tardía”, y logra retratar “con maestría” las “preguntas existenciales” del ámbito privado, pero también del público.
Los otros cinco títulos que aspiraban al galardón eran “Fremde Seele, dunkler Wald”, del vienés Reinhard Kaiser-Mühlecker; “Skizze eines Sommers”, del alemán André Kubiczek; “Die Welt im Rücken”, del alemán Thomas Melle; “Ein langes Jahr”, de la austríaca Eva Schmidt; y “Hool”, del alemán Philipp Winkler.
La asociación de libreros alemanes concede el Deutscher Buchpreis desde 2005 al mejor libro de los publicados en idioma alemán por una editorial de Alemania, Austria y Suiza.
El jurado, compuesto por siete personas que rotan cada año, elabora primero una “lista larga” de 20 títulos, que posteriormente se reduce a seis.
El año pasado, Frank Witzel se hizo con el Deutsche Buchpreis por su obra “Die Erfindung der Roten Armee Fraktion durch einen manisch-depressiven Teenager im Sommer 1969", una obra sobre la inmersión de un adolescente en la realidad política de la Alemania Federal de finales de los sesenta.
Los ganadores previos de este galardón fueron Lutz Seiler (“Kruso”, 2014), Terézia Mora (“Das Ungeheuer”, 2013), Ursula Krechel (“Landgericht”, 2012), Eugen Ruge (“In Zeiten des abnehmenden Lichts”, 2011) y Melinda Nadj Abonji (“Tauben fliegen auf”, 2010).