Después de haberla visto en Netflix, descubrí que también estaba en Internet (https://www.youtube.com/watch?v=_wwNnCjIfmU). Me refiero al documental Cowspiracy, que ya he mencionado anteriormente. El título es un juego con las palabras inglesas conspiracy (conspiración) y cow (vaca), que sugiere la idea de una conspiración de vacas. ¿Por qué conspiración? Porque, según la película, se oculta el impacto negativo de la ganadería en el cambio climático. El productor es Leonardo Di Caprio, el principal personaje, el activista político Kip Andersen, quien nos relata su experiencia personal.
Andersen había sido un muchacho deportista, no muy consciente de la ecología, hasta que vio el documental de Al Gore Una verdad incómoda (2006), sobre el cambio climático. El documental, que está en internet (https://vimeo.com/95465911), fue muy criticado por las grandes empresas petroleras, que financiaron una campaña para hacer creer que el cambio climático era una mentira. Está comprobado que no lo es y por eso, en diciembre del año pasado, en la COP 21 reunida en París, se convino en tomar medidas para combatir el cambio climático. El Gobierno paraguayo ha hecho muy bien en ratificar el Acuerdo de París.
Dice Andersen que, habiendo acuerdo sobre la necesidad de buscar fuentes de energía sostenibles (solar, eólica), para reemplazar a las contaminantes (carbón, petróleo, gas), es muy raro que no exista conciencia de lo que contamina la cría de ganado: más que toda la industria del transporte. Para conservar el planeta, debe disminuirse el consumo de carne o, mejor aún, reemplazarlo por una dieta vegetariana, que puede ser más saludable. Andersen menciona un estudio de las Naciones Unidas del año 2006 titulado La larga sombra del ganado, disponible en Internet (http://www.fao.org/3/a-a0701s.pdf), sobre el impacto ecológico de la ganadería. La agencia de las Naciones Unidas en Asunción, dicho sea de paso, tiene excelente información sobre la agricultura sostenible.
Si se destina una hectárea de terreno para la cría de una vaca, hay que esperar que la vaca crezca para comerla y, después, comenzar de nuevo. En una hectárea dedicada a la agricultura, se tiene un rendimiento muy superior en proteínas y se utiliza menos agua: se necesitan 2.500 galones de agua para producir 1 libra de carne de vaca en el restaurante (un galón equivale a 3,8 litros; una libra, a 0,453 gramos).
Existen en el mundo cerca de 7.000 millones de personas y 70.000 millones de vacas y otros animales criados para el consumo; en vez de cultivar maíz, soja, etc., para darles de comer, ¿por qué no dárselo a las personas directamente? Las vacas contaminan mucho más que el hombre con sus deyecciones: en los Estados Unidos producen 7 millones de libras de excrementos por minuto. El 80% de los antibióticos producidos en los Estados Unidos se destina al ganado y esto, indirectamente, afecta la salud de los seres humanos. Por otra parte, la ganadería provoca deforestación: ha destruido el 91% de la selva amazónica. Se come demasiada carne, y no solamente de vaca, sino también de aves y de pescado. La pesca saca del mar entre 90 y 100 millones de toneladas de pescado al año, lo cual puede dejar el mar sin peces para 2048. Y este es un resumen de la información del filme, y de la disponible en el sitio www.conspiracy.com.