Baber Khan Sahel- EFE
El pasado domingo, Nisar Ahmadi, de 23 años de edad, acompañó a su esposa hasta su nuevo hogar y se unió a la huelga de hambre que mantienen una treintena de jóvenes en la ciudad de Lashkargah desde el 24 de marzo, un día después de que 13 personas murieran y 15 resultaran heridas en un atentado talibán en esa ciudad.
En un país que vive sumido desde 2001 en la violencia del conflicto armado, el joven destacó que cambiar la noche de bodas por una sentada fue una decisión difícil, pero que su país necesita más sacrificios para lograr la paz.
“Lo sé, era la noche más valiosa, histórica y feliz de mi vida, y nunca se repetirá, pero preferí pasarla con los que defienden la paz en vez de con mi esposa”, explicó Ahmadi a Efe.
Teniendo en cuenta que en la cultura afgana es raro que el recién casado pase la primera noche de matrimonio en algún lugar que no sea con su nueva mujer, el joven era consciente de que su decisión podría provocar rumores sobre su relación e incluso sobre su hombría, como efectivamente ocurrió.
“No me importa la gente ni lo que digan, hice lo que era necesario para mi país y su gente, y para este lugar”, insistió.
Por despejar dudas, Ahmadi subrayó que es “muy afortunado” porque el suyo no es un matrimonio concertado, como ocurre con frecuencia en Afganistán, ya que la pareja se conocía desde hacía tiempo y estaban enamorados.
La protesta comenzó el 24 de marzo en medio de un movimiento espontáneo de respuesta ciudadana que ha surgido en Lashkargah, un día después de que un atentado talibán acabara con la vida de 13 personas.
Un grupo de familiares de las víctimas con apoyo de jóvenes de la ciudad comenzaron a movilizarse y a hacer una sentada exigiendo el final de la guerra.
El pasado martes, un grupo de chicas se unió a la protesta y anunció que enviarían una caravana para hablar con los talibanes, que mantienen una fuerte presencia en la provincia.
Aunque la sentada continúa en Lashkargah, la protesta de Ahmadi finalizó en la madrugada del lunes, cuando fue enviado de vuelta a casa tras rechazar en un primer momento la petición de sus amigos y de un religioso de volver a su hogar, dijo a Efe uno de los organizadores de la manifestación, Sifat Sarwan.
"Él (Ahmadi) echa por tierra los mitos. Un novio falta a su noche de bodas y deja a su novia sola para defender la paz, ¿puede alguien imaginar cómo de sedientos estamos de la paz?”, explicó.
Sarwan aseguró que la intención de los manifestantes es visitar áreas controladas por los insurgentes esta semana, aunque todavía están pensando en cómo hacerlo con seguridad para poder hablar con los talibanes.
Afganistán atraviesa uno de sus momentos de mayor violencia tras el final en 2105 de la misión militar de la OTAN, que continúa en el país en tareas de asistencia y capacitación.