28 jul. 2025

Un taller donde la tapa del inodoro se transforma para crear música

Un violín hecho con botella de plástico o un bajo eléctrico con tapa de un inodoro son parte del taller de Sonidos de la Tierra. Sus creadores, Carlos Uliambre y Zoraida Pera, cuentan secretos de su creación e inspiran a fabricarlos.

Original.  Zoraida Pera sostiene el bajo eléctrico fabricado con la tapa de un inodoro.

Original. Zoraida Pera sostiene el bajo eléctrico fabricado con la tapa de un inodoro. Foto: Gentileza

Por Sergio Noe

snoe@uhora.com.py

Violines y violonchelos fabricados con botellas de plástico, flautines de diversos tamaños y sonidos fabricados a partir de tubos de PVC (empleados más usualmente en las cañerías), un bajo eléctrico armado con la tapa y asiento de un inodoro, contrabajos con bidones de agua de 20 litros son algunos de los tantos instrumentos que se pueden ver en el taller de lutería del proyecto Sonidos de la Tierra.

En este espacio, los instrumentos procedentes del agua son mezclados hábilmente con clavijeros, cuerdas u orificios, los cuales brindan la sonoridad necesaria a los creativos instrumentos, cuya construcción no demanda millones de guaraníes, pero sí horas de ingenio y sudor.

Carlos Uliambre, un maestro lutier de instrumentos tradicionales, sumó desde el 2007 su creatividad al emprendimiento y encabeza el taller donde se crean las llamativas cajas sonoras a partir de residuos vinculados al agua.

Desde Paraguarí, junto a su esposa Zoraida Pera de Uliambre, vienen a trabajar a la capital del país para dar vida a la chatarra y también para formar a jóvenes de todo el país en el arte de la lutería. En ese camino, no faltaron lutieres internacionales que les brindaron capacitación técnica para mejorar la calidad de los instrumentos.

“Cada 15 días tenemos becados de todo el país en el taller de Asunción. Luego, ellos llevan ese conocimiento para aplicarlo en sus comunidades”, comenta Uliambre, quien reconoce que “la botella es el elemento ‘más reciclado’, que es destinada para la caja de resonancia de los violines.

También usan los caños de tubería para armar marimbas, flauta pan o traversa. “Siempre buscamos innovar”, cuenta por su parte Zoraida Pera, quien emplea también los “botellófonos”, que incluyen botellas plásticas con un pico o válvula (similar a los usados en los neumáticos), ubicado en la parte superior o de la tapa. Así, cada botella es inflada de diversas formas hasta alcanzar las siete notas musicales.

Los maestros buscan que cada aprendiz aplique su toque de creatividad a la hora de engendrar un nuevo instrumento a partir de residuos vinculados al agua, que finalmente se destinan a las 50 orquestas del proyecto H2O Sonidos del Agua, alcanzando a más de 2.200 niños y jóvenes, además de 250 adultos del país.

CONCURSO. Para incentivar la creatividad de los jóvenes, se abre hasta el próximo 30 de junio la inscripción para el primer concurso nacional de construcción de instrumentos musicales reciclados, edición H2O. El certamen, organizado por Sonidos de la Tierra, busca fortalecer la innovación en la creación y construcción de instrumentos a partir de residuos sólidos vinculados al agua.

Uliambre será uno de los jurados del certamen, quien espera que los jóvenes puedan fabricar instrumentos de viento, percusión o de otras familias a partir de residuos como caños, botellas o bidones de agua. Los participantes pueden entregar su trabajo hasta las 17.00 del 30 de junio de 2016, en las oficinas de Tierra Nuestra (Cerro Corá 1796 y Mayor Fleitas). Más informes en bit.ly/1oFNrKj o al teléfono (021) 201-106.