El insufrible calor de la mañana del domingo fue reemplazado por una furiosa lluvia en horas de la siesta de ayer. Alrededor de las 13.30 la precipitación se abatió sobre la capital y ciudades de Central con ráfagas de viento. La intensa caída del agua convirtió las calles en caudalosos ríos dejando a su paso secuelas de la fuerza del temporal.
Lo dantesco. En el barrio Palomar, el diluvio se llevó consigo tres vehículos que fueron a parar a un canal cercano. La situación no registró víctimas fatales, pero sí daños materiales para sus propietarios. La misma situación se dio en Villa Elisa, con varios autos arrastrados, además de calles rotas.
Esta ciudad se anotó también en la crónica roja con el deceso de una persona que fue encontrada en la orilla de un arroyo, luego de que el cauce descendiera.
También en Villa Elisa, la Escuela Básica Número 3649 San Ignacio de Loyola, ubicada en el barrio 8 de Diciembre, quedó expuesta ante un gran peligro, debido a que la precipitación dejó al descubierto uno de sus pilares. En caso de desplomarse, derribará gran parte de su estructura.
El agua caída derrumbó parte de la murala de una institución militar ubicada sobre la calle General Santos.
En Lambaré, el raudal llevó consigo una parte de un parque infantil ubicado a media cuadra de la Municipalidad. En las redes sociales varios usuarios compartieron fotos de placas del asfalto que fueron arrancadas por el raudal. En tono jocoso decían que esos pedazos estaban disponibles para quien lo necesitara.
Vendaval. El viento también se hizo presente derribando árboles y arrancando la rama de otros. Sobre Artigas, cerca del Jardín Botánico, un árbol fue arrancado de raíz, llevando consigo cables del tendido eléctrico. Unos metros más adelante, otro árbol, también arrancado de raíz, obstaculizaba en parte el tránsito.
Los casos de cloacas reventadas tampoco estuvieron ausentes, multiplicándose en varias arterias. Sobre la avenida Transchaco, un río negro de pestilente aroma corría al borde de la ruta, haciendo que más de uno se tapara la nariz al pasar por ahí.
En la calle Artigas, el desborde de las aguas llegó hasta los negocios cercanos. Una cuadra antes de la calle Lombardo, el tránsito se encontraba detenido por un vehículo que había quedado varado en medio de la calle a causa del gran volumen de agua.
Como ya es un clásico en cada tormenta no faltaron los cortes de energía. La ANDE informó que 21 centros de distribución fueron afectados. En esta ocasión fueron casos mínimos, lo que representó un alivio al igual que el fresco que expulsó al calor del día.