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Spiderman va por su tercera acometida en el universo Marvel, lo que significa también un tercer actor, esta vez el joven Tom Holland. Su performance es la buscada para el perfil del Amazing Spiderman, alguien más juvenil y divertido.
Esta presentación del héroe adolescente será un contrapunto a los “adultos” Avengers, de quien será miembro más adelante. Por el momento es apadrinado por Tony Stark, personaje que hasta parece maduro frente al impetuoso Peter Parker. Y la aparición de Stark también significa que Iron Man hará su entrada en algún momento de las aventuras de Spiderman.
La historia se ubica unos años luego de la batalla que los Avengers tuvieron contra los extraterrestres –en especial para explicar la aparición del malo del momento, encarnado por Michael Keaton, cuyo papel de villano no deja de ser doblemente irónico teniendo en cuenta su pionero papel de Batman y, especialmente, su genial aparición en Birdman– y unos meses luego de los eventos que dividieron a los Avengers, según fue narrado en la última entrega de Capitán América (Civil War).
Este adolescente Spiderman implica una serie de novedades que van desde el nuevo traje con tecnología Stark, el lanzamiento de telarañas, así como la plasticidad extrema que indefectiblemente contrae más participación de los efectos especiales antes que el actor (o el doble) en sí. Es decir, mucha artificialidad digital cuando vemos hacer las fantásticas piruetas al hombre araña.
Como el Amazing Spiderman es una faceta juvenil del superhéroe, su despreocupación e inexperiencia en algunos temas deben ser supervisadas por algunos adultos como la Tia May o el ya mencionado Tony Stark o su ayudante Happy. Así también, el público al que va dirigido es más bien el adolescente, quienes no creemos que se sientan defraudados pues hay escenas con mucha adrenalina, momentos de comicidad y una chica por conquistar, todos temas que siempre gustan al público. Ahora solo falta verlo en acción con los Avengers.
Calificación: *** (buena)