El vecindario, al igual que otras 43 comisiones vecinales, recibió los equipos de parte de la Unidad Especializada de Seguridad de las Personas y Convivencia Ciudadana. En la zona abundan los casos de robos domiciliarios, la venta de droga es escandalosa, además de las acechanzas de los motochorros.
“Siempre vienen y llevan todo lo que encuentran a su paso, sinceramente estoy consternada, porque nosotros nos acercamos a las autoridades, pero no encontramos respuestas, no hay voluntad para hacer el trabajo de parte de la Policía”, refiere Arévalos.
“Cuando los vecinos van a denunciar sus casos en la comisaría, por poco y no piden la fotocopia de cédula de los ladrones, ellos piden que hagamos su trabajo, nosotros nos arriesgamos intentando pedir justicia, porque los ladrones siempre están armados”, refiere.
Los vecinos de diferentes barrios que conforman la zona de Trinidad están ubicados jurisdiccionalmente cerca de Zeballos Cué, en las cercanías del Jardín Botánico.
Denunciaron que abundan los focos de distribución de drogas, problemática que los antidrogas no logran solucionar, explicaron.
En horas de la noche, los estudiantes se dirigen con el Jesús en la boca a sus domicilios, ya que los motochorros acechan en cualquier sitio y por un teléfono celular son capaces de ultimar a las víctimas, explicaron ayer los presidentes de las comisiones Kuarahy Resê, Sagrada Familia, San Isidro y San Antonio.
“La Policía nos obliga a que nosotros tomemos justicia por manos propias, quizás nos morimos nosotros o ellos (los ladrones)”, aseveró Arévalos.
Por su parte, Lidia Ferreira, otra vecina, cuenta que en su zona ni las planteras se pueden dejar en el patio. “Ellos, como si fuera que son propietarios de nuestras cosas, entran en las casas y llevan. Lo peor de todo es que en la esquina de tu domicilio vuelven a ofrecer”, relata la presidenta de la comisión vecinal.
“Nosotros estamos tan decepcionados de la Policía, porque no tenemos agentes, hay solo una patrullera. En la 12 Metropolitana nos dicen que solo hay 12 agentes y la mitad trabaja en dos turnos. En este lugar ellos no entran”, manifestó la mujer.
Los presidentes de barrios de Trinidad señalaron que la donación de las cámaras significa un paso importante, ya que los equipos ayudarán a controlar los puntos más vulnerables.
“Es un testigo mudo que ayudará a prevenir hechos delictivos en las calles más peligrosas en donde vamos a instalar”, informaron en la reunión.
El fiscal Emilio Fúster realizó la entrega de 220 cámaras de seguridad, 2.000 metros de cable y otros equipos, a varias comisiones vecinales.