07 may. 2025

Tras furioso paso de El Niño, miles de bañadenses huyen de inundación

Procesión.  Ante la insuficiente asistencia de la Comuna y el Gobierno, muchos salían ayer por sus propios medios del agua.

Procesión. Ante la insuficiente asistencia de la Comuna y el Gobierno, muchos salían ayer por sus propios medios del agua.

Pepe Vargas

jvargas@uhora.com,.py

En Asunción y numerosos distritos del Departamento Central todavía se sentía ayer los efectos de la violenta irrupción del fenómeno El Niño.

Las zonas ribereñas de la capital volvieron a exhibir imágenes apocalípticas con el éxodo de miles de bañadenses que corrían desesperados por la crecida del río Paraguay.

En menos de una semana, el cauce aumentó casi 1 metro. Pasó de 4,80 m, el lunes pasado, a 5,76 m, en la víspera.

A esto se agrega la calamidad que les toca sufrir a los pobladores de la parte más baja de la Chacarita y ciertos sectores del Bañado Norte. Allí, entre las precarias casas, se amontona toda la pestilencia de los desagües cloacales del centro asunceno y sus alrededores.

En los barrios Cerrito y Tablada Nueva, por citar, el desborde del arroyo Mburicao se mezcló con los desperdicios que a borbotones emergían de los saturados colectores de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap).

El servicio de energía eléctrica y de agua potable se repuso solo parcial y gradualmente en varios puntos de la capital y área metropolitana.

Ciertos sectores del microcento y algunos barrios capitalinos siguieron sin electricidad. Otras ciudades padecieron a la vez la falta del líquido vital, como diferentes barrios de Villeta, cuyos habitantes cumplieron 48 horas sin ambos servicios, debido a inconvenientes técnicos de la Junta de Saneamiento distrital.

Las calles y principales avenidas de la capital y Central seguían como descascaradas en varios tramos. En tanto que en algunos sitios, los caminos estaban clausurados por los enormes agujeros provocados por la fuerza del agua y la insuficiente red de desagüe pluvial, durante el temporal.

Olvidados. Por segunda vez en el año se produce la huida de los bañadenses, en el marco de una atípica inundación en pleno diciembre.

Centenares de familias ribereñas abandonan sus hogares, con dirección a los albergues transitorios o zonas altas como 21ª Proyectada y la Avda. Estados Unidos.

A los pobladores de los barrios Santa Ana, Santa Rosa y Divino Niño del Bañado Sur les tomó por sorpresa el súbito avance de las aguas.

Antes del temporal del viernes pasado, la crecida llegaba hasta la calle 40ª Proyectada y, ayer, amaneció en 36ª Proyectada, que anegó más de un centenar de viviendas.

El reclamo general de los inundados es que la asistencia del Gobierno no llega o no abastece a la gran demanda que existe de vehículos para trasladar sus pertenencias.

“No les interesa nuestra situación ahora porque están saliendo, porque Arnaldo (Samaniego) perdió, pero nosotros no podemos esperar”, manifestó Edith Santacruz.

Los pobladores se quejan también de que dirigentes de seccionales que en época electoral ofrecían ayuda gratuita, ahora cobran por el flete.

En efecto, los que pueden pagan entre G. 50.000 y G. 150.000 por viaje para mudar sus bienes en camiones grandes. Los motocarros cobran entre G. 20.000 a G. 35.000.

Frente al deficiente servicio de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y de la Comuna capitalina los inundados seguirán escapándose del agua por sus propios medios.