Andrés Colmán Gutiérrez
Enviado a República Dominicana
Un cargamento de unos 1.800 libros paraguayos debía llegar a la Feria Internacional del Libro en Santo Domingo (República Dominicana), pero quedó varado en Panamá. Esto ocasionó un papelón en el evento por la ausencia de textos de historia y de Roa Bastos, muy solicitados por el público en la feria. El hecho incluso tuvo repercusión en la prensa del país caribeño.
El Gobierno paraguayo y las editoriales enviaron de urgencia cinco cajas por vía aérea, que llegaron el lunes último. Entre los más solicitados figuraba Yo el Supremo, que ahora está agotado.
El cargamento, con más de 100 libros de autores paraguayos, llegó el lunes último gracias a la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) y las editoriales, lo cual ayudó a llenar el vacío existente en el stand del país homenajeado, que hasta entonces funcionaba con libros de muestra, prestados por la Biblioteca Nacional de República Dominicana. El envío de emergencia, en cajas por las que el Gobierno debió pagar la tarifa de exceso de equipaje, sirvió para remediar una situación que fue considerada un “papelón internacional”.
VARADOS. Unos 1.800 libros enviados por las editoriales paraguayas, con casi 700 títulos, quedaron varados en Panamá y arribarán finalmente hoy, pero recién podrán ser retirados de la Aduana este viernes 28. El público solo los podrá apreciar durante los tres últimos días de la feria, que concluye el lunes 1 de mayo.
“Es una verdadera lástima lo que ocurrió. Los libros fueron enviados con tiempo suficiente desde Paraguay, pero el despachante de aduanas en Panamá no calculó el feriado de la Semana Santa y se produjo un grave atraso. Incluso, envió equivocadamente un contenedor con otra carga a Santo Domingo, creyendo que eran los libros paraguayos”, explicó el poeta Víctor Casartelli, jefe de Gabinete de la Secretaría Nacional de Cultura.
Ante la incómoda situación, el stand se inauguró el viernes 21 con libros paraguayos prestados por la Biblioteca Nacional de Santo Domingo, que durante cuatro días quedaron como muestra.
Mientras, las autoridades de Cultura y Senatur enviaron desde Asunción a una funcionaria con un nuevo cargamento de libros, facilitados nuevamente por las editoriales paraguayas, en menor cantidad, pero que finalmente cubrió la ansiedad de los lectores que visitan el stand paraguayo, en la Plaza de la Cultura de Santo Domingo.
GRAN INTERÉS. “Apenas ubicamos los libros en los estantes y muchos ya lo compraron. Los más requeridos son sobre historia paraguaya y diccionarios de lengua guaraní, así como textos de Augusto Roa Bastos. Las ediciones Yo el Supremo se agotaron”, señaló Antonio Aliende, de la Cámara Paraguaya del Libro, encargado de atender a los visitantes.
