Hace más de un mes, varios estudiantes tomaron la Facultad de Filosofía de la UCA, luego de que se destituyera al decano José Antonio Galeano, a quien consideran una persona abierta, en contraste con el autoritarismo que caracteriza a la institución.
Desde aquel 1 de agosto, cuando inició la medida de fuerza, hasta ahora, las autoridades de la universidad no demuestran apertura para el diálogo. Los estudiantes denuncian las repentinas agresiones y ataques al grupo, que solo dilatan el proceso, en vez de llegar a un acuerdo mediante una negociación entre las partes.
El problema. Durante la madrugada de este jueves aparecieron varios guardias, sin identificación de la empresa de seguridad para la cual trabajan y con armas de fuego en la cintura, para irrumpir en la institución, mientras los estudiantes en toma dormían. Los civiles estaban acompañados por César Rufinelli, miembro del Consejo de Gobierno de la UCA.
Tras un enfrentamiento, los estudiantes decidieron instalar una mesa de negociación compuesta por estudiantes, docentes, funcionarios y egresados.
Apelando a la paz y a la madurez, explicaron, optaron por dejar una silla vacía a lo largo de una mesa larga compuesta por todas las partes interesadas, esperando que participen las autoridades de la universidad.
“Basta de mentiras, sí al diálogo”, dijeron los estudiantes, que acudieron al simbolismo y no a la agresión para destrabar la medida y discutir sobre la raíz del conflicto.