Sorprendió ayer en el Senado la presencia del propio José Ortiz, gerente de Tabesa (Tabacalera del Este SA), para tratar los proyectos referentes al impuesto al tabaco en la comisión de Hacienda.
El empresario abiertamente manifestó su objeción a elevar el tributo en un 30% como propone el Frente Guasu, como así también la posibilidad de tener un arancel fijo para las cajetillas. No obstante, mencionó que la tabacalera del presidente Horacio Cartes produce 3 millones de cajas de cigarrillos y la facturación anual es de USD 300 millones.
Ortiz fue el vocero de los demás productores tabacaleros que también participaron de la reunión con los senadores, y por el momento aún no se emitieron dictámenes.
A su criterio, un impuesto al tabaco solamente debería tener una variación entre 1% y 2%, en forma gradual, y de acuerdo a los resultados.
Sobre el proyecto de trazabilidad, que también se plantea en un proyecto que apunta a un control de las ventas y así evitar el contrabando, consideró que es impracticable por el costo.
Alegó que eso implicaría un mayor gasto para el Estado de lo que sería la recaudación.
“Es una política de Estado que permitió el desarrollo de todas las ciudades y decenas de miles de ciudadanos que viven de esa política de Estado”, dijo el empresario.
“Si va a cambiarse la política tributaria, hay que revisar en forma integral”, refirió.
Alegó que esto es una decisión conjunta del Poder Legislativo, que elabora las leyes, y del Ejecutivo, que es administrador de los gastos.
A su criterio, el aumento del impuesto al tabaco generaría evasión fiscal y se instalaría el mercado negro.
“La trazabilidad es un negocio de vender herramientas tecnológicas. Es una cuestión económica (...). Es una forma de quitarle dinero al Estado. Piden cosas que son impracticables, o sea, más o menos tiene que sonar un silbato cuando alguien enciende un cigarrillo”, ironizó.
Alegó que la tabacalera a su cargo ya está equipada con las herramientas para control de contrabando, y también hacen advertencias sobre el consumo de cigarrillos.
Aseguró, incluso, que ni en Noruega se aplicaba este tipo de impuestos, y que era imposible saber hasta dónde llegaban todos los cigarrillos, ya que tienen 18.600 clientes.
“Se vende casi el 95% en territorio paraguayo. El resto va para exportación”, indicó.
catástrofe. A pesar de haber admitido las millonarias ganancias con la producción y comercialización de cigarrillos, Ortiz vaticinó una catástrofe en caso de que los legisladores quieran aumentar tributos.
“Va a haber una disminución total en la producción y va a originar el mercado negro en territorio paraguayo. Van a invadir productos de contrabando de China y de India como ocurre en todos los países que están cargados de impuestos”, sentenció.
“Hoy el Paraguay tiene poquísimas evasiones. El 98% del mercado de tabaco es formal, paga impuesto y tiene empleo formal”, señaló.
En cuanto a las publicaciones sobre casos de contrabando en el exterior, se limitó a señalar que son informaciones incorrectas y tendenciosas de la competencia.
Paraguay es el que menos impuesto paga
El gerente de Tabesa, José Ortiz, expresó ayer que el impuesto al tabaco que se quiere imponer es “imposible de cumplir” y que esa tasa no lo tiene ni “Canadá ni Noruega”. Sin embargo, el gráfico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestra que el empresario no dijo la verdad, ya que Paraguay es uno de los países que menos tributa en dicho rubro.
De acuerdo a la OMS, aumentar el impuesto al tabaco es una de las medidas más efectivas para controlar la adicción.