07 may. 2025

Soluciones heterodoxas

Benjamín Fernández Bogado – www.benjaminfernandezbogado.wordpress.com

Benjamin Fernandez

La administración de lo público, sea este en el campo del Estado o en el servicio otorgado por el sector privado, está guiada por los mismos principios, aunque con sutiles diferencias. Al primero lo guía la eficacia, o el hacer las cosas de acuerdo con lo que manda u ordena la norma, y al segundo, la eficiencia o el realizar actividades por el sentido del lucro, con el menor número de personas involucradas y el mayor ingreso posible.

Ser eficaz no es lo mismo que ser eficiente ni viceversa, pero ambos están compelidos a guiarse por una calidad del servicio que los vuelva confiables y a los que pagar impuestos por un lado o el costo por el otro, sean confiables y tengan al ciudadano como destinatario final.

Esta semana el Gobierno entregó varios ómnibus al sector privado financiados en un 30% por nosotros. Cada unidad costó 100.000 dólares, de los cuales 30 fueron regalados por el mismo contribuyente que tuvo y tiene que soportar la humillación del peor servicio público gerenciado por el sector privado. El Gobierno nos sacó del bolsillo un porcentaje millonario para presentar “la revolución del transporte” con bombos y platillos. Los únicos que se rieron en la foto fueron los seudoempresarios y el Ejecutivo. Los accionistas del 30% no cobran dividendos, sino en forma de maltrato. Pésimo e injusto negocio. No existe en la historia del Paraguay un subsidio tan generoso como este y no creo que algo irrite tanto a la población como que le metan la mano en el bolsillo para premiar a quienes hasta ahora son sus verdugos cotidianos. Esto está mal y tendrá su costo.

Cuando la dirigencia deportiva aumentaba sus niveles de enriquecimiento con base en los actos corruptos absolutamente fuera del alcance de la justicia local, lo único que todos sabían, menos los victimarios en ese momento y las víctimas ahora, es que esto alguna vez terminaría muy mal.

La FIFA construyó un poder supranacional por mucho tiempo. Los casos de su incumbencia no se resolvían en los tribunales ordinarios o locales, sino en la inexpugnable Zúrich.

En el Paraguay nadie pudo con los negocios de ODD dentro y fuera del fútbol, incluso estuvo a punto de ser presidente del país, a pesar de haber nacido en Resistencia (Argentina). El que le puso en cintura fue la FIFA. La todopoderosa, hasta que se topó con una fiscala, cuyo apellido Lynch es el origen de la palabra linchamiento en español, que montó un caso que sacudió el mundo. “Ningún corrupto se podrá escapar”, bramó esta semana la Fiscalía de los EEUU, luego de ordenar la detención de Juan Ángel Napout y otros más.

Si no están enterados, ese país imperial ha decidido usar la Justicia como el gran garrote, y como muchos operan en su territorio y bancos creyéndose impunes e inmunes, están equivocados. Veremos más casos en otros ámbitos que no sean los deportivos y dentro de poco será la historia la invasión de los marines en el mundo y la referencia será qué fiscal metió preso a qué pez gordo que se consideraba más allá de la Justicia de su país. No me extrañaría que no cerraran Guantánamo como prisión porque la idea es convertirla en un presidio exclusivamente para corruptos de todo el mundo en ese enclave cubano.

La ineficacia de nuestra Justicia ha pasado a ser un tema político transnacional. Los guatemaltecos contrataron a un juez colombiano para liderar una institución local que acabó con el gobierno de Oto Pérez Molinas y la corrupción en aduanas. Es un caso de estudio en el mundo. El más entusiasmado en replicar el modelo CICIG es, curiosamente, EEUU.

Los corruptos tiemblan y la fiscala americana amenaza con perseguirlos por aire, tierra y mar. Lo que no podemos nosotros lo harán los de afuera. ¿Soberanía? Una discusión vieja para un problema recurrente que requiere soluciones heterodoxas.