Pese a que la normativa del Fondo Nacional de la Vivienda Social (Fonavis) expresa que “no podrán acceder al subsidio los beneficiarios que hubiesen adquirido una vivienda a cualquier título”, de los 70 subsidios que otorgó la Senavitat 50 fueron para familias con vivienda propia. Así confirmó un pequeño censo elaborado por los vecinos del lugar.
“Con suerte, en su lista hay 10 personas que no tienen casa”, agregó enojada Lucía González, pobladora.
Rita Valiente, dueña de una casa de dos pisos adjudicada con un subsidio de la Senavitat, habló en nombre de su hermana Juana Valiente, oficial de la policía nacional igual que su marido, quienes también tienen residencia y fueron beneficiados por la institución. Las viviendas de las hermanas Valiente están pegadas una con otra. (Ver foto)
“Ella no quería luego, no va a retirar, no le interesa”, dijo Rita Valiente al referirse a la suerte de su hermana policía. Es decir que, mientras miles de personas no tienen techo y pujan por una vivienda, la Senavitat se pega el lujo de dar subsidios a quienes no necesitan, “ni quieren”, según afirma la misma gente beneficiada.
Prioridades. “Por Fonavis, la institución tiene prioridades que es la extrema pobreza”, señaló el ministro Francisco Knapps días pasados a una emisora radial. Por lo visto en Paraguarí, la directora general social, Lucía Elena Giovine Gramatchicoff, y la de programas habitacionales, Cristina Quiroga, tienen otra comprensión sobre la prioridad habitacional, dando subsidios hasta a los que no quieren.
En el portal de Senavitat acapara la publicación de que “se concreta dicha entrega teniendo en cuenta que los postulantes reúnen las condiciones sociales para ser beneficiados con el Subsidio de Vivienda Social, según la dirección general social y de programas habitacionales”.
“Muchas familias hicieron sus papeles, pero esa arquitecta Lucía Giovine vino a pasearse un rato por la plaza, no vio cómo estamos más al fondo y les favoreció a los más privilegiados”, dijo María Celina Leiva, vecina del lugar. Son todos operadores del ministro de la pobreza, Juan Carlos Baruja, añadió la mujer.
La dueña de la casa de dos pisos respondió: “El ministro Baruja nos ayudó siempre”.
ganadores de bingo. Una doble suerte cosechó Gladys de Rolón y su familia, quienes antes de ser beneficiarios de la institución se ganaron G. 200 millones con un juego de azar
Rolón también tiene residencia propia, varios vehículos de 4 y 2 ruedas. Con la suerte del bingocho su familia emprendió un negocio de materiales de construcción. Ella es concuñada de la propietaria de la casa de dos pisos, como de la oficial de policía.