La Corte Suprema, por medio de su Segunda Sala, formada por cinco magistrados, aceptó ayer por unanimidad las denuncias formuladas por la Fiscalía contra un matrimonio que muchos consideran un “modelo” en la política brasileña y uno de los pocos que ha estado al mismo tiempo en el corazón del poder. Silva fue ministro de Planificación en el Gobierno de Lula y en la gestión de Rousseff asumió la cartera de Comunicaciones, al mismo tiempo que su esposa ocupaba el Ministerio de la Presidencia, uno de los más influyentes del Gabinete de la ahora ex mandataria. La pareja fue acusada formalmente por la Fiscalía General de corrupción pasiva y blanqueo de dinero en operaciones asociadas a la red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, por la cual ya han ido a prisión importantes líderes del PT. La lista de líderes del PT salpicados por ese asunto la encabeza el propio Lula, líder incontestable de esa formación que gobernó Brasil entre 2003 y agosto pasado, cuando fue desalojada del poder con la destitución de la ahora ex presidenta Dilma Rousseff. efe