La elección del presidente de la República del Paraguay deja algunas líneas de análisis que podrían ayudar a vislumbrar el rumbo del país, que hace apenas 48 horas optó por el colorado Mario Abdo Benítez.
Una de las lecturas posibles apunta a la vigencia de los partidos tradicionales. Tanto la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado) como el Partido Liberal Radical Auténtico cumplen este 2018 la edad de 131 años, en setiembre y julio, respectivamente, y en las elecciones del 22 de abril pasado demostraron su plena vigencia.
“Lo que se ve es un mapa bipartidista, pero tendiendo a un plano hegemónico, donde se ve una supremacía del Partido Colorado, que es muy evidente; con un Partido Liberal que intenta hacer el contrapeso, pero que no logra ser muy efectivo en ese contrapeso, y que además necesita entablar alianzas con otros sectores para tener más chances”, señaló Camilo Filártiga Callizo, abogado e investigador en Ciencias Sociales, actual director del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Filosofía UCA.
La conformación del Congreso Nacional, de acuerdo con los datos preliminares, deja en evidencia, según el analista, la vigencia de los partidos tradicionales y de sus estructuras en el día de las elecciones.
“La integración actual, según los resultados preliminares, reafirma el bipartidismo con una tendencia hegemónica del Partido Colorado”, sostiene Filártiga, quien señala además que los que fueron escandalosos comportamientos de senadores no tuvieron impacto en el electorado en el momento de votar.
“El voto sigue siendo un acto principalmente pasional, sentimental, el voto racional no se está pudiendo consolidar en el Paraguay. Sobre todo cuando estamos condicionados por estas dos grandes estructuras partidarias”.
El analista apunta también a las ofertas independientes que se disuelven en el sistema D’Hondt. “Este es un tema muy sensible para la democracia, porque hay sectores que no están representados en el Parlamento”, puntualizó.
Filártiga sostiene que este tema debería ser revisado en una próxima reforma constitucional. “En la Constitución del 92, y en el diseño de la reingeniería electoral se pensó en el sistema D’Hondt para dar representatividad proporcional a distintos sectores políticos, pero vemos ahora que esa representación proporcional es cada vez más difusa y terminan devorados por el bipartidismo”, concluyó.