El encuentro fue apático en la primera parte, pese al entusiasmo que pusieron los dos protagonistas.
Lo mejor del espectáculo estuvo en la etapa complementaria.
En ese lapso, los dos equipos crearon las mejores opciones y tuvieron la posibilidad de llegar a los goles.
Roberto Acosta, portero de Sol de América, y Arnaldo Giménez, arquero del Sportivo Luqueño, realizaron estupendas tapadas para mantener la paridad.
La mejor virtud de Sol estuvo en el buen trato del balón y en buenas jugadas colectivas creadas por sus futbolistas del medio, que se asociaron con los de adelante.
MEJORÓ. Luqueño corrigió algunos desajustes que tuvo en el medio, equilibró las acciones en ese sector.
Mostró cosas interesantes con la asociación de Jorge Ortega, Derlis Alegre, Luis Matto y Luis Miño.
Sin embargo, el Auriazul sigue con los inconvenientes a la hora de aprovechar las opciones que crea.
Cristhian Aguada con un zurdazo pudo cambiar la historia, pero el disparo del auriazul fue encima del travesaño. Santiago Salcedo realizó un buen partido, mas esta vez no le tocó la posibilidad para definir.
Luqueño tiene la necesidad de mejorar en la zona de definición, porque es un problema que viene arrastrando desde hace un buen tiempo. Ambos equipos se prodigaron, pero el gol se ausentó.