En la segunda ciudad de Siria no se oyó ningún bombardeo y los habitantes pudieron salir a la calle a buscar comida, un bien cada vez más difícil de encontrar.
La diplomacia estadounidense manifestó, sin embargo, su escepticismo ante el inesperado anuncio de Moscú. “Es un poco pronto para decir que eso es así y cuánto tiempo durará”, dijo el portavoz del departamento de Estado, John Kirby. “Ya hemos visto este tipo de iniciativas y promesas. Y ya vimos que se rompieron”, añadió. Este anuncio se produce tras varias semanas de críticas de los países occidentales contra los bombardeos del ejército de Bashar Al Asad, apoyado por la fuerza aérea rusa, contra la que fuera antaño capital económica del país. afp