Los locales quisieron sorprender de entrada, utilizando como argumento la velocidad de los extremos Ruiz Peralta y Óscar Ruiz, conducidos por Irrázabal. Generaron aproximaciones, pero no tuvieron profundidad ni determinación para generar peligro al arco defendido por Antony Silva. El juego de Capiatá obligó a los cerristas a cometer repetidas faltas y Oviedo lo pagó con expulsión.
CAMBIOS ATINADOS. Con un hombre menos, César Farías acertó en las correcciones y sus cambios le redituaron buenos dividendos. Marcos Riveros fue el socio perfecto para Rodrigo Rojas, Leal le dio potencia y vivacidad al ataque, mientras que Jorge Rojas fue clave en el segundo gol.
Cerro corrió bien la cancha, hizo circular bien la pelota y con eso rellenó los espacios que pudieron tener los capiateños. Rodrigo Rojas volvió a ratificar su condición de volante de Selección, realizando un enorme despliegue físico, manejando con claridad las salidas azulgranas.
El Ciclón anímicamente se está fortaleciendo, hay jugadores que de a poco están encontrando su mejor forma física y comienzan a marcar la diferencia. Marcelo Estigarribia jugó su mejor partido desde que regresó a Cerro. Bruno Valdez estuvo firme en defensa y ya no tuvo que recurrir a la violencia como argumento para cortar las iniciativas ofensivas de los rivales.