08 ago. 2025

Reclusos trabajadores tienen un sector exclusivo en Tacumbú

El Pabellón D Padre Juan Antonio de la Vega alberga a 115 internos que ya fueron condenados. Es considerado un lugar modelo dentro de la cárcel, donde sus habitantes se destacan en distintos oficios.

Trabajo.  En este sector, se desempeñan los   carpinteros, artesanos y marroquineros.

Trabajo. En este sector, se desempeñan los carpinteros, artesanos y marroquineros.

De las 3.955 personas que están hoy en día en la cárcel de Tacumbú, hay un grupo de 117 reclusos que pueden considerarse privilegiados por vivir en el Pabellón D Padre Juan Antonio de la Vega. Uno de los espacios más codiciados dentro del penal más grande del país, que se ha ganado fama por el hacinamiento en que viven los internos.

En la entrada del pabellón, una vez pasado el portón de hierro que lo separa de los demás sectores, ya se puede notar la diferencia.

Pasado el mediodía de ayer, un equipo de ÚH llegó hasta el lugar, donde un grupo de hombres trabajaba arduamente en el sector destinado para los carpinteros, artesanos y marroquineros.

En el patio, un grupo de tapiceros terminaba de darle forma a un sofá, que pronto estará listo para la venta.

Desde las 8.00 de la mañana hasta las 16.00 horas los reos que viven en el D tienen la obligación de trabajar en los distintos oficios en los que se especializaron. “Acá nomás aprendí el oficio de carpintero. Me dedico a hacer mesas, sillones y otros muebles. Además hago artesanía en madera y tallado”, explicaba Juan Riveros, que lleva ocho años en la cárcel. El hombre asegura que con el trabajo que aprendió estando tras las rejas puede ganarse su dinero y ayudar a su familia. Por día, recibe pedidos de espejos con apliques en madera que los vende a 70.000 guaraníes. Asegura que sus productos tienen mucha aceptación afuera, pues salen más barato que en una carpintería convencional.

Los objetos más solicitados son los adornos realizados en madera, como autitos y veladores. Alrededor de 30 pedidos por mes se reciben de estos objetos, aseguró Édgar Agüero, uno de los coordinadores del pabellón.

reinserción. El Pabellón D es administrado por la Pastoral Social de la Iglesia Católica, que también impulsó la mutual penitenciaria, que permite que una parte del dinero ganado por los trabajadores con la venta de sus productos vaya en una caja de ahorros. Eso permite que los reclusos, una vez que salen en libertad, puedan disponer de un dinero que ellos mismos han juntado durante su estadía en la cárcel. “Estos programas son de contención para la reinserción de los internos y son coordinados por los propios internos. Debe ser el único lugar dentro de Tacumbú donde se devuelve un objeto perdido. Si a alguno se le pierde una herramienta y otro interno encuentra, lo devuelve. Eso es algo histórico acá", explicó Édgar Agüero, subcoordinador del pabellón. El hombre está condenado a 15 años por robo agravado. El mismo asegura que la reinserción y el cambio de hábito pueden ser posibles.

La dirección del penal lo considera un funcionario más dentro del penal, por su conducta y manejo del pabellón, que en poco tiempo se convirtió en un sector modelo dentro del penal.