25 abr. 2024

Recibidos en casa

CouchSurfing International pone en contacto a una red de viajeros que buscan una alternativa económica para conocer el mundo, surfeando en sofás. Esto llegó a Paraguay hace 13 años y ya tiene seguidores. Se trata de hospedar a un desconocido en casa, pero ¿qué implica eso?

De: Daisy Cardozo Román
Fotos: Javier Valdéz

Si la idea es viajar para conocer nuevos lugares y otras culturas, gastando la menor cantidad posible de dinero, CouchSurfing International es la mejor opción. Pero, ¿qué es eso? Básicamente, es una red social diseñada para viajeros, con usuarios de varios países que ofrecen un espacio de alojamiento en su casa a desconocidos. Se hace de forma gratuita, pudiendo así visitar cualquier lugar del mundo. Couchsurfing se deriva de couch, equivalente a sofá, y surf, a navegar. Sería algo así como surfeando en sofás.

Y para bien de quienes poseen un espíritu inquieto, CouchSurfing Paraguay formó su primera comunidad en 2004, con profesores de idiomas y otras personas que viajaron a países anglosajones. Tres años más tarde se sumó a este grupo Miguel Guillén, quien hace 10 años lleva haciendo couchsurfing, gracias a una exprofesora de inglés que lo invitó a formar parte del grupo.

“La comunidad se compone de personas a las que les gusta viajar e intercambiar experiencias. Es una mezcla de mochilero y viajero convencional —que también son dos extremos distintos—, ya que mucha gente, por ejemplo, no quiere ser hospedada en un hogar, pero sí quiere salir a conocer una ciudad, conversar y participar de las actividades que se realizan. A veces hay gente que hospeda y no viaja, pero es su forma de participar con la causa”, explica Miguel.

Ser couchsurfer implica hospedar y ser hospedado; dar y pedir información; compartir una salida o un paseo. Para el anfitrión, es una posibilidad de conocer gente de todo el mundo, sin salir de su casa.
Viajar surfeando tiene sus riesgos y beneficios. Pero, según Guillén, es mejor contar con un plan A, B y C en todas las situaciones. Puede que sea cancelado el hospedaje o haya problemas en la comunicación, puesto que uno está expuesto a este tipo de inconvenientes estando en cualquier lugar. Si las cosas salen bien, también se consiguen amistades que perduran a lo largo del tiempo a partir de las experiencias.

Desde el punto de vista de Miguel, CouchSurfing Paraguay creció bastante en los últimos años, aunque el número de personas que hospedan representa un pequeño porcentaje. “Los extranjeros vienen con la curiosidad de saber qué hay en Paraguay, y por eso les interesa quedarse aquí un tiempo. Sin embargo, otros llegan de paso, porque acortan el camino entre Salta y Cataratas, o Bolivia y Cataratas. Están quienes se asombran y permanecen tres o cuatro días, muchos quedan encantados con la hospitalidad paraguaya”, afirma.

Herramienta tecnológica

El hecho de hospedar a personas, a fin de intercambiar culturas, es una tendencia viajera que se está dando a mayor escala gracias a las herramientas de la tecnología. Ianina Carmona (29) hace tres años que es miembro de CouchSurfing y lleva menos de un año cediendo un lugar en su casa a viajeros. Además de compartir sus anécdotas, nos enseñó cómo funciona la red social.

Cuando un usuario se registra en la plataforma, se van agregando referencias en el perfil acerca del host (anfitrión) y del surfer (huésped), respectivamente. Se debe acumular una determinada cantidad de referencias en forma de comentarios, que de alguna manera miden el grado de confianza hacia una persona. Las referencias no se pueden eliminar ni ocultar bajo ninguna configuración. Además, el sitio pide una serie de información a completar, donde específicamente se describen los gustos personales y, por sobre todo, el perfil del viajero.

“Cuando hospedás a alguien, la plataforma te pide unos días después unas referencias del host y del couchsurfer. Esa es la garantía de seguridad que te da el sitio. Una persona con 50 referencias positivas es mucho más fácil que consiga aceptación, que alguien que no tenga referencias. Cuando se es nuevo, cuesta un poco”, indica Ianina.

Como vive con sus padres, ella acepta mayoritariamente solicitudes de hospedaje de mujeres. “En la mayoría de las veces recibí a chicas que viajan como mochileras, que por lo general hacen un recorrido por toda Sudamérica y pasan por Paraguay unos días. Algunas son más estructuradas, otras viajan sin límites de tiempo a cualquier lugar. Alojé a españolas, francesas, suizas, alemanas, chicas de Bulgaria y Hungría. Hay menos latinoamericanas que viajan de esa forma. Es más, en la red hay una menor cantidad de mujeres que hombres”, sostiene.

Para Ianina, el idioma no es problema, teniendo en cuenta que habla inglés. Dice que las surfers que recibió en su casa quedaron encantadas con la calidez y la hospitalidad de la gente. “Como máximo suelen quedarse una semana, es como que no quieren abusar de la hospitalidad de la gente. Incluso aunque tengan intenciones de quedarse más, no quieren incomodar, entonces deciden seguir el viaje”, dice.

“Son personas con una cultura mochilera que llegan para adaptarse a lo que uno tenga en casa. Yo ofrezco que se sirvan algo de la cocina, de la heladera, y nunca se aprovechan. A veces usan algo y lo reponen de vuelta. Intentan compensar de alguna manera, no buscan sacar ventaja por estar hospedadas”, asegura la joven couchsurfer paraguaya, que tiene planes de ir a Europa el próximo mes y será la primera vez que viajará usando esta modalidad.

<b>Amistad couchsurfer.</b> Ianina Carmona y Elena Cuttier comparten las mismas ganas de conocer culturas del mundo a través de este particular modo de alojamiento.

Amistad couchsurfer. Ianina Carmona y Elena Cuttier comparten las mismas ganas de conocer culturas del mundo a través de este particular modo de alojamiento.


Intercambio cultural

Elena Cuttier (26) tenía una amiga host, de quien supo sobre CouchSurfing, pero nunca se había creado una cuenta en la red social. Un día, en carácter de favor, otra amiga le pidió alojar a un uruguayo que no podía recibir en su casa. Él se llama Leandro y fue quien le ayudó a crear una cuenta a Elena, para dejarle una referencia por su alojamiento.

Desde entonces, Elena fue host de una colombiana, una estadounidense y un brasileño. Los últimos couchsurfers fueron una pareja guyanesa que hablaba solo francés e inglés. “El inglés de estas personas no era muy bueno, entonces teníamos que escribirnos y leernos para entendernos. Ellos solo se quedaron una noche”, relata.

CouchSurfing no solo sirve para ponerte en contacto con alguien que necesariamente pueda hospedarte en un país. “Hay muchos que se quedan en hostales por su seguridad. Un griego, por ejemplo, nos invitó a compartir e intercambiar información para conocer la ciudad. En general te escriben con tiempo anticipado y te agregan a tus redes, ven que sos alguien normal y con referencias de confianza. Te escriben un mes antes para comentarte en dónde están y coordinar la llegada. Así se sienten seguros de a dónde van a llegar”, detalla.

Elena comenta que algunos consideran a CouchSurfing como un sitio de citas. Un viajero holandés, que iba de expedición a las cordilleras del Mbaracayú, en el departamento de Canindeyú, le comentó que en Holanda, CouchSurfing es como Tinder, una red para concretar encuentros (citas) entre dos personas de determinadas preferencias.

Elena apenas está comenzando con esta aventura, con una primera experiencia como couchsurfer en Puerto Iguazú. Cree que es necesario crear una comunidad paraguaya, porque eso podría ser muy importante al momento de derivar couchsurfers, en el caso de que un host no pueda recibir al suyo.

Host local

En Paraguay hay más de 3.000 couchsurfers con cuentas creadas, entre los cuales no todos tienen perfiles activos. Es decir, hay miembros que conservan sus cuentas activas desde que la crearon, aunque otros las utilizaron por un tiempo y hay algunos que directamente no las revisaron nunca.
Visitamos el perfil de Rudi Ullón (36) por recomendaciones de Ianina y Elena. Además de que tiene una elevada cantidad de referencias positivas en su perfil, dato no menor, también conversó con Vida y compartió su experiencia. “Soy parte de la comunidad desde 2011, pero comencé hospedando en febrero de 2012, casi por casualidad. Desde entonces, cada vez que mis actividades me lo permiten, hospedo viajeros de todo el mundo y a la vez, cuando viajo, busco hospedarme con gente de la comunidad”, relata.

Rudi ya hospedó a varios surfers de América, Europa, Asia y Australia; personas de 29 nacionalidades distintas. A él le tocó ser surfer en diez países como Bolivia, Brasil, Corea, Tailandia, Turquía, Alemania, Holanda, Inglaterra, Francia y Suiza. Toda esta información está disponible en su perfil de CouchSurfing, que es su referencia para seguir surfeando con destino a más lugares, intercambiando siempre culturas. “Mis mejores experiencias de viaje fueron gracias a la gente que conocí a través de CouchSurfing”, resalta.

De sus viajes, recuerda especialmente el que realizó a Turquía, donde pasó por muy buenas experiencias gracias a su host, quien —en reciprocidad— le prometió una visita suya a Paraguay. De este modo fue que un turco estuvo el año pasado en el país. Este mes recibió a dos coreanos, que tienen planeado hacer un circuito por Sudamérica en bicicletas. Ellos no hablan español, pero para Rudi eso no es un problema, porque maneja otros idiomas. Con su familia los mantienen bien atendidos. Paraguay quedó de paso para los asiáticos, que hicieron parada aquí y ya llevan más tiempo de lo que planificaron.

“Acá la comunidad no es muy grande, y creo que se debe a que el país no es un gran destino turístico. Pero al paraguayo le resulta muy fácil hacer couchsurfing, ya que nuestra cultura se caracteriza por la hospitalidad. Logramos que el visitante se sienta en casa y como parte de la familia, y eso es algo que deja una profunda impresión en cualquiera que pase por el país”, expresa el entrevistado.
Couchsurfing no es solo dar un sofá para alojar, también puede ser el colchón, una cama o hasta una habitación si está en las posibilidades del anfitrión. Ya no tiene por única esencia el hospedaje gratis, va más allá. Es un intercambio cultural, un sistema que funciona en base a la confianza y a las referencias. Es todo un mundo viajero fomentando principalmente la hospitalidad.

<b>Vasta experiencia.</b> Rudi Ullón lleva cinco años en esta modalidad. Hizo host a personas de 29 nacionalidades y fue couchsurfer en 10 países.

Vasta experiencia. Rudi Ullón lleva cinco años en esta modalidad. Hizo host a personas de 29 nacionalidades y fue couchsurfer en 10 países.

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Surfeando en sofás

Casey Fenton es el fundador de CouchSurfing International. Es un programador estadounidense que a partir de un viaje a Egipto, se inspiró en la idea de crear comunidades que fomentaran la hospitalidad, recibiendo a gente desconocida en su casa. Había ido con un amigo iraní a Guiza y Lúxor —ciudades egipcias—, donde fueron atendidos con mucha amabilidad por los pobladores. Fue una experiencia que lo hizo reflexionar, haciéndose una pregunta: ¿hay una forma de hacer esto todo el tiempo? Unos años más tarde, terminó encontrando la respuesta concreta a esa pregunta.

Otra versión cuenta que Casey Fenton quería hacer un viaje a Islandia, entonces consiguió un banco de e-mails de estudiantes universitarios y envió en un mensaje masivo su interés por ser hospedado. Recibió unas 50 respuestas positivas y desde entonces se juntó con otras personas y comenzó a crear —con colaboradores— una plataforma web para facilitar el intercambio y la movilidad entre extranjeros.

Fundó CouchSurfing en 1999, y se extendió internacionalmente desde 2004. Su actividad favorita es el surf, y siempre está pensando en conocer sitios nuevos para surfear. De todos sus recorridos, lo más cerca que pudo estar Casey Fenton de Paraguay fue cuando viajó a Brasil.

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Red de comunidades

CouchSurfing tiene comunidades organizadas mundialmente que realizan encuentros nacionales y regionales. En 2009 se desarrolló el primer encuentro panamericano en Río de Janeiro, Brasil. Anualmente se reúnen comunidades de CouchSurfing Brasil y para este año está previsto el encuentro en la ciudad de Natal. Otros eventos que los convocan son los tradicionales CouchSurfing Oktoberfest Camps, que se desarrollan en las sierras de Córdoba, Argentina.
La comunidad mundial cuenta con un curioso encuentro llamado Invasiones. Consiste en la organización en grupos, para ir a una ciudad determinada, combinando actividades como deportes, historias, diversión, fiestas, paseos y actividades al aire libre. La comunidad paraguaya llevó a cabo algunas salidas a sitios como el Jardín Botánico, la Costanera de Asunción, el Salto Cristal, el cerro Lambaré, Laguna Blanca, Areguá, las dunas de San Cosme, Encarnación, Clorinda y el Parque Nacional Río Pilcomayo.

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Couchsurfers latinoamericanos

En una revisión de la cantidad de couchsurfers registrados en la red social, de algunas ciudades de Latinoamérica, se determina en qué posición se encuentra Paraguay.
1. 74.780 - Buenos Aires, Argentina.
2. 66.935 - São Paulo, Brasil.
3. 49.911 - Santiago, Chile.
4. 26.813 - Lima, Perú.
5. 4.318 - Cancún, México.
6. 3.090 - Asunción, Paraguay.