Fernando Masi, director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), explicó que el desempleo abierto (el formal) en Paraguay nunca fue un problema, porque siempre estuvo oscilando entre el 5 y el 6%, que es prácticamente decir que no existe desempleo. Sin embargo, si se toma en cuenta que los últimos datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) hablan del desempleo formal, y que creció unos puntos en Asunción y el Departamento Central, preocupa.
“En una economía poco formalizada, el indicador de desempleo abierto no es tan importante como mirar la otra parte, la informal. Todas las oportunidades de empleo que no se dan cuando los jóvenes entran al mercado laboral. Esos son los indicadores más elocuentes para saber cómo está la actividad económica. Si consideramos que Asunción y el Departamento Central tienen una buena parte de la población y probablemente la mayor parte de la formalización, entonces que haya subido el indicador de desempleo preocupa”, detalló.
MALA EDUCACIÓN. Masi añadió que toda la economía paraguaya es más informal que formal, por eso cuando sube el salario mínimo, solamente unos pocos se ven favorecidos. En segundo lugar, las oportunidades de trabajo y la entrada de los jóvenes al mundo del trabajo tampoco tienen un indicador importante, como cuántos jóvenes ingresan a ser parte del segmento formal o informal.
Este aumento del desempleo quiere decir que el crecimiento económico del país (expansión del producto interno bruto) en los últimos años estuvo muy concentrado en ciertos sectores, como el de la producción y la mejora económica, que si bien continúa, no responde tanto a la demanda y al consumo.
El economista reiteró que existe una mala formación universitaria y los empresarios siguen teniendo muchos problemas para conseguir mandos medios calificados. Además, la educación terciaria está muy enfocada en carreras como Administración de Empresas, Márketing, entre otras, por lo que hay sobreoferta de ese tipo de recursos humanos. El empresario de comercio y servicios necesita de otro tipo de personal, no de las carreras que se repitan, sino mandos medios específicos, concluyó.
MENORES. Verónica Serafini, miembro del Cadep, añadió que resulta preocupante que se observen todavía niños de 10 a 14 años trabajando. La ECE 2017 detectó alrededor de 10.000 niños y niñas que trabajan, apuntó.
Ahí se agrega a la deficiente fiscalización, la baja cobertura de los programas de protección social y la ausencia de un esfuerzo del sistema educativo para mantener a la niñez por más tiempo en la escuela, el espacio por excelencia para la niñez porque es allí donde aprenden y puede estar más segura que en la calle o el trabajo, añadió.
“Las mayores tasas de desempleo y subempleo se observan en las mujeres. Y el Día de la Mujer Paraguaya nos llenamos de felicitaciones por la gloriosa mujer paraguaya, cuando en la realidad no existen políticas públicas que permitan conciliar el trabajo con sus roles familiares, y cuando existe, el sector empresarial, que debería apoyar estas medidas las incumple, porque al final una niñez mejor cuidada, es un trabajador mejor preparado para el futuro, y una mujer que trabaja en un ambiente laboral satisfecha es más eficiente”, remarcó.
Preocupa la cantidad de denuncias de mujeres que son despedidas o no son contratadas por el riesgo de maternidad, enfatizó. Esto es una señal de una falta de compromiso por el desarrollo a mediano y largo plazo del país, aseveró.