En un comunicado, el Ministerio explicó que las víctimas fueron captadas por “un supuesto empresario de nacionalidad española”, que les ofrecía trabajar como camareras de hotel y cubrir los gastos de viaje. Una vez en España, su “deuda” ascendía, según detalla la agencia AFP.
Las mujeres captadas eran trasladadas a un club de alterne en Quiruelas de Vidriales, en la provincia castellana de Zamora. Allí, los tratantes “les retiraron la documentación y el dinero”, y “las amenazaron con tomar represalias contra sus familias en Paraguay”.
Tras varios meses de explotación, algunas víctimas lograron escapar y una de ellas denunció los hechos ante la policía, a comienzos de año en Alicante (sureste). Según ella, “el trasiego de paraguayas era constante”.