Sin embargo, según documento al que tuvo acceso este diario, al menos hasta enero del presente año, la señora Stella Maris Rondán registraba entrada y salida en una planilla de asistencia donde figuraba con el cargo de “asistente administrativo”.
Es el mismo cargo que el embajador asignó a su hija Ana Lucía Sánchez, en consideración a la condición de no vidente del funcionario diplomático, lo que no le exime del cumplimiento de la ley que prohíbe el nepotismo en la función pública.
“La esposa del referido diplomático, la señora Stella Maris Rondán Otazú, no es funcionaria contratada por la institución. Ella acompaña a su marido en sus actividades, y es un soporte importante para el embajador Sánchez”, informa un comunicado de la Cancillería Nacional.
La Resolución N° 68 del Ministerio de Relaciones Exteriores, que reglamenta los Gastos de Operación y Mantenimiento de las Representaciones Diplomáticas, autoriza a contratar hasta a dos personas del servicio local utilizando este rubro, previa autorización del Ministerio.
Cancillería aclara que la contratación de Ana Lucía Sánchez, hija del embajador, fue aceptada a pedido del jefe de la misión diplomática, “teniendo en cuenta que el citado funcionario es una persona no vidente y necesita el apoyo de colaboradores de confianza para realizar las tareas inherentes al cargo”. Un aspecto que no se discute en este caso, salvo por el nepotismo, puesto que crea un precedente. En otras representaciones diplomáticas los embajadores quedan habilitados a contratar a sus familiares, bajo el argumento de que precisan “colaboradores de confianza”.
Según informe de la propia Cancillería, en la Embajada de República Dominicana, además del embajador, se encuentra un consejero, un primer secretario, y una oficial que de hecho cooperan con el embajador en sus funciones y compromisos.
En el comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores resalta que ha recibido de las altas autoridades de República Dominicana elogios por el excelente desempeño del embajador Pedro Sánchez, “quien logró ganarse el respeto y la consideración de la comunidad diplomática en ese país”, aspecto que no se ha puesto en consideración en esta información. La Embajada en República Dominicana se reabrió en el 2014 y Sánchez es el primer y único embajador no vidente del país.