Y con todo eso jugó ayer el equipo franjeado. Con una presión enorme de conquistar sus primeros tres puntos. La propuesta fue diferente, el ímpetu el de siempre y el resultado, esta vez diferente.
Antes de los primeros diez minutos, si no fuera por la gran participación de Bernardo Medina en el pórtico del General, la cuestión sería otra. Tranquilamente se podía obtener en ese tiempo un marcador de tenis. Medina fue bombardeado y tuvo seis claras intervenciones.
al caer. La propuesta de Olimpia siempre fue buscar el arco rival, en eso no hay nada que objetar, utilizó todos los caminos para llegar al gol.
Cuando el murmullo en las gradas comenzaba a ganar protagonismo fue Cristian Riveros quien firmó el primer tanto. El volante capturó una pelota aérea y en medio de la confusión de los defensores rivales envió el balón a encontrarse con la red. Buen gesto técnico de Riveros.
de no creer. Abrazos y puños cerrados con las miradas en el cielo y muestras de agradecimiento es lo que pudimos observar entre algunos aficionados tras el primer tanto de su equipo. Pero bastaron tan solo 120 segundos para que el panorama cambie bruscamente.
Diego Doldán se sumergió en el área chica y luego de que el balón se rehusara a ingresar hacia la red, el delantero, con su pierna zurda puso las cosas iguales. La reacción de los futbolistas decanos, del cuerpo técnico y del hincha en las gradas era como el final de una película de terror. Todo comenzaba de nuevo. Era volver a remar.
bombazo. Premio a la perseverancia, intentó siempre, peleó a su manera y tuvo su premio. Hablamos de Walter González que a los pocos minutos de iniciar la segunda etapa destrozó el arco de Medina con un potente y perfecto misil con su pierna derecha.
Explosión en el estadio y venga la primera victoria.