El Auriazul llegó al gol y después exhibió un fútbol muy superior a su adversario.
Evidentemente que el pensamiento de Libertad está en su partido del martes por la Copa Libertadores, porque anoche nada de fútbol puso.
Jorge Núñez, quien apareció sorpresivamente en la alineación titular, mostró el camino de la victoria a la representación luqueña.
La reacción de Libertad no tuvo la fuerza y la profundidad suficiente como para llegar a la paridad.
Ante esta situación, Luqueño se constituyó en el equipo que marcó las pautas dentro del campo de juego. Fue el más ambicioso. Y nuevamente Núñez protagonizó una jugada y donde Víctor Dávalos le cometió una falta y el árbitro Julio Quintana sancionó el penal. José Leguizamón se encargó de transformar el disparo desde los 12 pasos en gol.
Libertad no despertó y siguió en el letargo, porque el rival se le adelantó a todas las acciones. Además, el Gumarelo en ningún momento del partido pesó en el ataque.
Luqueño, por su parte, movió bien el balón y mostró un juego asociado coordinado y sin apresuramiento. Antes de la conclusión de la primera etapa, Leguizamón ejecutó un tiro libre y el portero liberteño Pablo Torresagasti hizo rebotar la pelota y ahí estaba Aquilino Giménez para impactar el esférico con un cabezazo y salir a festejar.
PUDO SER MÁS. Al reanudarse el partido se esperaba un mejor fútbol de Libertad.
Sin embargo, nuevamente Luqueño se adueñó de las acciones y estuvo muy cerca de aumentar la diferencia, que a esa altura ya era una goleada.
Libertad cayó en muchas imprecisiones y además Torresagasti se hizo expulsar infantilmente. El quedarse con un hombre menos hizo efecto en el físico de varios futbolistas del Gumarelo. Luqueño mostró un gran nivel futbolístico y dejó los tres puntos en casa. El Auriazul mejoró muchísimo en comparación a su presentación anterior, porque el paralelo de Libertad no aguantó mucho.