EFE
La campaña se compone de spots publicitarios en los que se ve a una chica sufriendo diferentes tipos de acoso cuando utiliza el autobús o camina por la calle, e insta a las mujeres a reconocer este tipo de hechos como violencia para poder denunciarlo.
El Ministerio define el acoso callejero como “palabras y acciones no deseadas llevadas adelante por desconocidos en lugares públicos, motivadas por el género y que invaden el espacio físico y emocional de una persona”, según un comunicado difundido por la institución.
Entre estos comportamientos se incluyen “silbidos, comentarios sexualmente explícitos o implícitos, masturbación pública o tocamientos”, situaciones de las que son víctimas cotidianamente las mujeres en las calles o en el transporte público.
“Lo importante de esta campaña es que tanto el agresor como la víctima reconozcan que esta situación no es normal, que culturalmente no debe ser aceptada”, afirmó la ministra de la Mujer, Ana María Baiardi.
Resaltó además que el proyecto de ley de Protección Integral a las Mujeres contra toda forma de violencia, que se encuentra a estudio de la Cámara de Diputados, prevé aplicar sanciones al acoso callejero.
Según el Ministerio, este tipo de acoso es una de las formas de violencia contra la mujer más naturalizadas en Paraguay, dado que los hombres no reconocen este acto como violencia y las mujeres rara vez se defienden de estas acciones.
Incluso estos comportamientos se consideran “normales”, porque “las mujeres asumen que el acoso callejero es el precio a pagar por ser mujer y transitar sola por la vía pública”, según esta institución.
El acoso callejero afecta a otros países de América Latina, como Chile, que cuenta con un Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC), o Panamá, donde en febrero se presentó un anteproyecto de ley para prevenir, prohibir y sancionar estas prácticas.