Dirigida por el también actor Matt Ross, que se llevó el premio al mejor director en la sección “Un certain regard” del Festival de Cannes, la película surge de sus propias preguntas sobre cómo ser un padre perfecto y es a la vez una reflexión sobre la actual “cultura de la distracción”, con el enganche a los móviles y ordenadores.
Mortensen brilla en el papel de padre disciplinado y virtuoso, aunque también “arrogante y un poco loco”.
“Yo nunca he hablado con ese tono a mi hijo, pero estoy de acuerdo en que hay que ser honestos con ellos. Es bueno hablar con los niños abiertamente, no debería haber tabúes de sexo, muerte o enfermedades”, opinó el actor.
En el bosque donde viven, los niños aprenden a cazar y escalar las montañas, al tiempo que leen a Chomsky y a Nabokov, hablan siete idiomas o tocan la guitarra y cantan al atardecer. Las cosas se complican cuando un suceso imprevisto les obliga a volver al mundo civilizado.
“Por un lado puedes pensar qué bien esta familia, qué rigor y qué nivel”, dice, “el problema es que el padre en su empeño por protegerlos y darles la mejor educación no se da cuenta de que si no tienen contacto con otros niños de su edad van a ser torpes”.
Matt Ross asegura que Captain Fantastic apela a la necesidad de reconciliarnos con la naturaleza. “La tecnología nos ha proporcionado avances extraordinarios, pero por otro lado hemos perdido la conexión con el mundo natural. Siempre pienso en la comida, y creo que la gente comería menos carne si tuviera que matar animales”, afirma, al invitar a reflexionar sobre cómo encontrar el equilibrio y la moderación en la educación de los niños. EFE.