Por día, se registran unas 3.000 muertes de adolescentes (1,2 millones de muertes anuales) por causas que, en su mayoría, podrían evitarse.
En 2015, más de dos terceras partes de estas muertes ocurrieron en países de ingresos medianos y bajos de África y Asia Sudoriental. Las principales causas de muerte entre los adolescentes son los accidentes de tránsito, las infecciones de las vías respiratorias bajas y el suicidio.
La OMS asegura que la mayoría de estas muertes son evitables y prevenibles, mejorando los servicios de la salud, la educación y los servicios sociales. Las causas de muerte varían en función del sexo y la edad (entre el subgrupo de 10 a 14 años y el de 15 a 19 años).
Lamentan que los jóvenes que padecen trastornos mentales, que son adictos a las drogas o que sufren deficiencias nutricionales no tienen acceso a los servicios básicos de prevención y asistencia sanitaria, ya sea porque estos no existen o por falta de información.
Inculcar e informar sobre los buenos hábitos de salud en la adolescencia es fundamental, teniendo en cuenta que a esta edad inician los primeros cuidados, que de no darse, en etapas posteriores de la vida llega el sedentarismo, la mala alimentación o las prácticas sexuales de riesgo.
Simplemente son excluidos
“Durante décadas, los planes nacionales de salud excluyeron por completo a los adolescentes. Con una inversión relativamente pequeña en este grupo de edad, mejoraremos su salud y su autonomía en la etapa adulta, conseguiremos que prosperen y contribuyan de forma positiva a sus comunidades”, explicó Flavia Bustreo, subdirectora general de la OMS.
El organismo internacional elaboró en base a estadísticas realizadas en todo el mundo la Guía AA-HA!, un manual con medidas mundiales urgentes en favor a la salud del adolescente con orientaciones para la aplicación en cada país.
El informe recomienda también una serie de intervenciones, que van desde la legislación sobre el uso obligatorio del cinturón de seguridad hasta los programas integrales de educación sexual, que los países pueden tomar para mejorar la salud y el bienestar de los adolescentes y para reducir drásticamente el número de muertes evitables.