Un primer convoy con 300 milicianos partió hoy con sus armas ligeras hacia la provincia noroccidental de Idlib, controlada por fuerzas rebeldes y la facción siria del grupo terrorista Al Qaeda.
A mismo tiempo, comenzaban también a abandonar la ciudad en torno a 4.000 civiles, que empezaron a ser ubicados en refugios localizados en zonas de los alrededores de Damasco. Según la ONU, en Daraya había 4.000 personas atrapadas, aunque el Consejo local de la ciudad asegura que el número asciende a 8.300. La evacuación, rubricada tras 4 años de asedio y combates, que se recrudecieron en junio, cuando el régimen intensificó el lanzamiento de barriles explosivos, fue supervisada por la Media Luna Roja y la ONU, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
En distintas imágenes difundidas por activistas y medios oficialistas se mostraba a decenas de civiles cargados con bolsas y maletas agolpándose junto a los autobuses que los sacarían de la ciudad.
“Salimos obligados, pero volveremos, Daraya”, aseguraba en un breve video difundido en la página oficial del Consejo un miliciano cargando su fusil y rodeado de otros 2 jóvenes armados, junto a varios edificios destruidos. efe