Sergio Cáceres Mercado
sergio209@lycos.com
Desde aquella pionera película protagonizada por Sandra Bullock, La Red, se han dado una serie de producciones cinematográficas que tocan el control social total al que estamos sometidos desde que internet llegó a nuestras vidas.
Un derivado de la web mundial son las redes sociales. Estas redes incrementan las filias y las fobias humanas, y sirven como un gigantesco reservorio de nuestras identidades, donde lo privado pierde sus fronteras sobre el cholulismo de lo público.
Esta película es una excelente descripción de ese mundo superficial de las redes sociales y de las corporaciones que están tras ellas. La protagonista Mae (Emma Watson) es el fiel retrato de las personas promedio que sucumben ante la promesa de comunicación plena y olvido de todos los problemas.
La muerte de la privacidad está muy bien relatada mientras vemos cómo Mae empieza a ver el lado oscuro de estar todo el tiempo conectada. La corrupción y la política se infiltran, y cuando estamos a punto de descubrir lo que hay por detrás, la película termina abruptamente y nos quedamos con las ganas.
Los personajes de Tom Hanks y John Boyega no se desarrollan para nada. El funcionamiento de la corporación queda a oscuras y al espectador solo se le ofrece la superficie. Quizá sea un símil con las redes sociales que no hemos podido captar. Mientras, nos quedamos con las ganas de saber cómo se cierra el círculo. Calificación: **1/2