El derrumbe, no obstante, sirvió para que la población –no solamente la lambareña– tomara conocimiento de la forma en la que se conducía la administración bajo el gobierno del controvertido Cárdenas. Una reciente investigación efectuada por la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas constató irregularidades cometidas durante la gestión del político colorado correspondientes al año 2013. Entre otras cosas, el munícipe habría concedido la construcción de obras por la vía de la excepción sin razones justificadas.
Una paradoja insoslayable es que dos de las empresas beneficiadas mediante esos contratos sin licitación pública son las mismas que actualmente son objeto de polémica por graves fallas en las construcciones realizadas, por un lado, y en casos de sobrefacturación, por otro.
En lo que constituye una lógica y legítima expresión de indignación ciudadana, el obispo de Misiones, monseñor Mario Melanio Medina, cuestionó el pasado fin de semana la malversación de fondos por parte de las autoridades de distintos municipios. “Esto demuestra que es una tragada de plata”, sostuvo, visiblemente enfadado, en relación con el desplome del techo del Colegio Nacional de Lambaré.
Si aún tuviera un dejo de sentido de responsabilidad, Roberto Cárdenas hace días hubiera declinado a aspirar a un tercer período municipal –proceso electoral en el que participa, dicho sea de paso, mediante una muy cuestionada decisión del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE)–.
Pero como al parecer el señor Cárdenas carece de la personalidad ética que la hora requiere, el propio presidente de la República y líder natural del movimiento que postula la candidatura del personaje en cuestión, Horacio Cartes, le debería exigir al aspirante que dé un paso al costado y permita que líderes partidarios con más ascendencia moral –que suponemos han de existir– pugnen por la Intendencia Municipal de Lambaré en las elecciones del próximo 15 de noviembre.
“Personas como Cárdenas destruyen la imagen de la ANR”, destacó públicamente ayer un diputado del propio Partido Colorado. De más está decir que la razón asiste al parlamentario. A menos que al presidente le preocupe muy poco la suerte de su partido en los próximos comicios, reclamaría el inmediato retiro de la postulación del cuestionado ex intendente de la inminente puja electoral.