La cinta de Lamar formó parte de la sección competitiva del festival, los premios Hivos Tigers, y fue distinguida por “el logro artístico excepcional en el diseño de sonido”, según el director portugués Miguel Gomes, quien formó parte del jurado.
El cineasta local concursó con ocho realizadores provenientes de Irán, Tailandia, Australia, Bélgica, Colombia, Estados Unidos y Brasil. Con el galardón, Pablo se hizo acreedor de 10.000 euros.
“Estoy muy contento de recibir este premio y lo comparto con todo el equipo y los colaboradores de La última tierra. Después de 6 años del comienzo de este proyecto es muy gratificante tener este reconocimiento”, indicó Lamar desde Holanda a ÚH.
El festival de Róterdam es reconocido como uno de los más importantes de Europa y se destaca por valorar las primeras películas de jóvenes cineastas. “Fue una plataforma muy importante para el lanzamiento de la película; haber recibido un premio en esta primera exhibición hace la experiencia todavía más positiva”, apuntó Lamar.
Detalles. El creador de La última letra indicó además que su película tuvo “una muy buena recepción” en el festival, con personas que se conmovieron por el filme y se acercaron a él para comentarle sobre las percepciones y experiencias con la película. “Eso para mí es lo más importante, establecer una relación intensa y sincera con el espectador”, subrayó Lamar.
Al mismo tiempo, el cineasta indicó que ya cuenta con invitaciones para participar de otros festivales. “Apuntamos a circular lo máximo posible dentro del circuito de festivales de todo el mundo para así aprovechar bien cada etapa”, afirmó.
Sinopsis. La última tierra trata sobre una pareja de ancianos que viven en un cerro esperando a la muerte lentamente. “Es una película sobre nuestra existencia, sobre cómo lidiamos con la muerte desde la vida. Las acciones van adquiriendo un tono de ritual en que Amancio va aprendiendo la pérdida y la soledad”, había explicado Lamar.
La cinta es una coproducción entre Sapukai Cine (Paraguay), Mandra Films (Francia), Fortuna Films (Holanda) y Bananera Films (Brasil). Igualmente, el filme contó con el apoyo económico de instituciones de Holanda y Francia, y del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes de Paraguay (Fondec).