Con desconsuelo, cuenta que sus tres hijos tuvieron que migrar a otro país por este contexto. “¿Qué van hacer ahí conmigo?”, se pregunta. Dice que tuvo que endeudarse para poder invertir en la producción de mandioca y que, finalmente, no pudo pagar por el precio irrisorio que le abonaron por su producto.
Comenta que antes plantaba 12 o 13 hectáreas, con lo cual lograba salvar su inversión y ganar un poco, pero ahora esto es imposible. “¿Sabés cuánto me pagan por kilo?”, pregunta en guaraní, respondiéndose que le abonan G. 150 por cada kilo de la raíz. Resalta que mínimo le deben pagar G. 700 por cada kilo de mandioca.
A su turno, María Sixta Acosta, también de Caaguazú, se acercó a la conversación y contó las dolencias que tiene en una de las piernas, luego de una dolorosa operación. “¿Crees que vengó acá con esta situación porque quiero?”, pregunta. La mujer, productora de bananas, alega que mantener su chacra es cada vez más difícil, por lo que tuvo que endeudarse y también, por el bajo precio que le pagan, no pudo cumplir su compromiso. Además se muestra preocupada por las últimas heladas, que acabaron con todas las plantaciones.
Gloria Saucedo lamenta que el presidente haya mentido y que no haya cumplido su compromiso con los campesinos. “No nos vamos a mover de acá sin respuesta del Gobierno, pese a que estamos sufriendo”, expresa.