Dos temas importantes percibidos por la ciudadanía como riesgosos en el manejo de la deuda son el excesivo aumento de la deuda en muy poco tiempo y el uso de los recursos. El aumento de la deuda preocupa, ya que refleja un problema estructural del Presupuesto, dado por la baja recaudación de tributos, que son los recursos genuinos para financiar los gastos públicos.
El pago de la deuda, tanto del capital como de los intereses, debe ser realizado en los plazos y montos comprometidos para no poner al país en una situación internacional desventajosa . Tal como señala el informe de la CGR, el Ministerio de Hacienda no cuenta con una estrategia a largo plazo para honrar la deuda, como, por ejemplo, la creación de un fondo que permita prever los fondos para el pago del capital, con lo cual los siguientes gobiernos tendrán la responsabilidad de pagar sin contar con los recursos. La falta de planificación –junto con los bajos niveles de recaudación tributaria– está obligando a pagar los intereses de la deuda contraída con nuevas deudas. Desde cualquier punto de vista es inadecuado y es el segundo motivo de preocupación.
El argumento principal para contraer la deuda fue la necesidad de mejorar la infraestructura, de manera a impulsar el crecimiento económico. El dinamismo económico, a su vez, mejoraría las recaudaciones tributarias y generaría los recursos para pagar la deuda. Esta lógica de la argumentación no se está cumpliendo y la deuda se está pagando con nuevas deudas.
Otro aspecto analizado por el informe, pero todavía no muy difundido, es que lo que se está destinando a infraestructura no se ejecuta en tiempo y forma debido a los problemas de gestión. Esta situación no es nueva; al contrario, es un problema histórico del sector público. En general, la administración pública ejecuta con puntualidad solo los salarios; la ejecución en el resto de los rubros es lenta y se produce en los últimos meses del año o queda sin ejecutarse. Cuando se trata de préstamos, la situación se agrava porque los intereses se continúan pagando aun cuando no haya ejecución. Asusta que la principal institución estatal encargada de los recursos públicos tenga los supuestos problemas de gestión de la deuda que el informe destaca.
El Ministerio de Hacienda se conocía como una de las instituciones más profesionalizadas del sector público; sin embargo, los hallazgos de la entidad contralora ponen en tela de juicio esta percepción. Más todavía considerando los desproporcionados beneficios que tienen sus funcionarios frente a otros del sector público.
El Ministerio de Hacienda debe tomar en consideración las alertas de la CGR, que se suman a otras ya señaladas en informes de entidades internacionales. La sensación de que se empieza a ser irresponsable con el endeudamiento parece fortalecerse en la sociedad, lo que debe revertirse con la implementación de cambios estructurales en la gestión de la deuda y la información de los cambios a la ciudadanía.