En una rueda de prensa celebrada en Río de Janeiro, el presidente de la estatal Petrobras afirmó que los planes de la compañía fueron redefinidos ante de la “nueva situación” del sector, marcada por la caída del precio del petróleo internacional y la depreciación del real brasileño frente al dólar.
La revisión de esos planes sitúa ahora las inversiones previstas por la empresa en 130.300 millones de dólares entre 2015-2019, una cantidad un 37 % inferior respecto a las últimas proyecciones realizadas por Petrobras, la mayor empresa de país suramericano y responsable por una parte significativa del PIB brasileño.
Para Bendine, se trata de un plan “robusto” y “realista” que busca reducir la deuda de la compañía, la cual ascendió hasta los 282.000 millones de reales (unos 90,4 millones de dólares) en 2014, sin “dar marcha atrás”.
Petrobras está actualmente en la mira de la justicia, que investiga desde hace un año y medio una vasta red de corrupción enquistada en la empresa, que, según sus propios cálculos, perdió en la última década unos 2.000 millones de dólares por esas prácticas.
Según las autoridades judiciales, empresas privadas, sobre todo del área de la construcción, obtenían contratos amañados con la estatal, inflaban sus precios y las diferencias eran distribuidas luego entre directores de la petrolera y políticos que facilitaban esas corruptelas.
En este sentido, el presidente de Petrobras afirmó que la nueva dirección de la estatal realizará una “revisión del registro de proveedores” y adoptará “medidas de protección” para aumentar la “seguridad” en los proyectos.
“Va a ser realizado de una forma amplia, en caso de que no tengamos capacidad para hacer eso en Brasil, podemos buscar alternativas en el mercado externo”, resaltó Bendine, quien negó que la empresa atraviese “dificultades” en cuanto a financiación.