Sergio Noe
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El británico John Kraniauskas, doctor en literatura latinoamericana, está de visita por Paraguay y brindará una charla sobre Yo el Supremo, en el marco del congreso internacional Augusto Roa Bastos, entre la literatura y la historia, que también convoca hoy y mañana a unos 20 especialistas internacionales y 30 expertos extranjeros.
Kraniauskas, profesor de la Birkbeck College de la Universidad de Londres, realizó una tesis doctoral en 1991 sobre la novela insigne del Premio Cervantes paraguayo y hablará sobre el tema mañana, a las 19.10, en el Centro de Convenciones del Shopping Mariscal (J. Eulogio Estigarribia entre Charles de Gaulle y Roque González), donde también se desarrolla la Feria Internacional del Libro (FIL).
LLANTO DE ROA. Kraniauskas conoció a Roa Bastos en 1990, en su departamento de Toulouse, Francia, antes de terminar su tesis doctoral. Recuerda que en ese entonces entrevistó al escritor paraguayo para un programa de televisión de la BBC sobre los dictadores en América Latina.
“Lo conocí luego de dos días de entrevistarlo y grabarlo. Le mostramos un fragmento de la película Hijo de Hombre y lloró”, menciona el analista, que lo percibió con cierta tristeza, quizás por el exilio no solo de Paraguay, sino de su Latinoamérica. “Era afable y quería conversar. Esa vez hablamos de literatura e historia, así como de su proceso de escritura”, cita el británico, que considera que los textos de Roa están muy elaborados, “a base de borrar, cambiar y de un trabajo intenso”.
parodia. En su charla de mañana, Kraniauskas ofrecerá un análisis de la forma compositiva de Yo el Supremo, así como reflexiones de la narración sobre el poder.
Según el experto, la novela Yo el Supremo propone una “representación paródica, humorística y crítica de la dictadura en el contexto de la independencia paraguaya”, incluso, hasta una suerte de “experimento con una figura de dictador que parodia a la dictadura en sí y al escritor mismo, que fuera Roa Bastos, ya que el supremo está constantemente insultando a su creador”.
Insiste que se trata de una “novela increíblemente compleja”, asegurando que existe un “intenso trabajo del lenguaje, donde es clave su trabajo sobre el archivo historiográfico”.
EL SUPREMO. Kraniauskas señala que el “origen ficcional” de la novela es el “de volver a un dictador de la muerte para criticar a sus historiadores”, a quienes hicieron de él su objeto. “Francia vuelve de la muerte para atacarlos, debatir con ellos, odiarlos y hasta reírse de los mismos. Todo eso, mientras crea, según su ilusión, una nación y república nueva, al estilo de la ilustración”, afirma el experto sobre su análisis literario.
Asegura que Roa pinta a un doctor Francia –que no se cita en la novela como tal– como un “jacobino”, que por un lado defiende a ultranza las libertades, pero por otro degenera en un autoritarismo.
“Francia es el supremo e impone una nación que él cree y piensa es popular, solo porque él lo piensa. Esta es su ilusión y cree que representa al pueblo naciente paraguayo. Así, impondrá sus intereses por sobre los demás. Por eso, se declara dictador e impone su ley, supuestamente popular”, explica el experto en un análisis de la figura central de la obra.
Asegura que esta “fascinación” sobre cómo el escritor aborda el tema del poder lo cautivó, siendo el “tema central y la pasión” de Roa. Agrega que Yo el Supremo es una “novela histórica” por tratar el pasado, aunque considera que se puede leer como una crítica al régimen stronista, ya que hay referencias indirectas de lo que ocurre en Paraguay en los 60 y 70, así como de las revoluciones latinoamericanas.
