Los camaristas José Agustín Fernández, Agustín Lovera Cañete y Cristóbal Sánchez, hicieron lugar al recurso de apelación especial interpuesto por la querellante, María Cristina Bonnin, alegando que hubo una errónea aplicación del precepto procesal.
Esto debido a que una vez que la magistrada se percató de que los hechos que fueron puestos a su conocimiento no correspondían con el tipo penal de lesión, sino de maltrato físico, debió realizar la advertencia pertinente a las partes.
Por tal motivo los camaristas decidieron anular el fallo y reenviaron el caso para que se realice nuevamente un juicio oral ante otro juez de sentencia.
La acusada reconoció que dio un “bife” a la querellante en pleno supermercado, pero porque la misma le había gritado varias palabras agraviantes como “vieja payasa”, entre otras de similar calibre.