16 may. 2025

Jurame que no va a poder jurar

Andrés Colmán Gutiérrez – @andrescolman

“Hoy un juramento/ mañana una traición...” reza la clásica letra de un viejo tango de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, que habla de amores de estudiantes, pero podría referirse a amores de políticos.

En estos días, el dilema de algunos senadores es casi shakesperiano: "¿Renunciar o no renunciar? ¿Jurar o no jurar? That is the question”. Solo que en vez de la tétrica calavera que el príncipe Hamlet acostumbra tener en la mano, ellos tienen la foto del presidente Horacio Cartes, y al costado una balanza con un cuantioso fajo de billetes en uno de los platos y en el otro un manchado cheque en blanco con el poco resto de credibilidad o de prestigio que quizás aún les queda ante la ciudadanía.

Probablemente, la existencialista duda que escenificó el gran dramaturgo inglés solo carcome a algunos senadores del movimiento Colorado Añetete, porque varios liberales (y representantes de algún otro partido) procartistas la tienen muy clara: los votos se venden al mejor postor (y ya sabemos quién paga más).

En Añetete, sin embargo, hay otras cosas en juego. El presidente electo, Mario Abdo Benítez, tiene un proyecto político en el que quiere imprimir su propio sello. No quiere ser arrastrado por la aplanadora antidemocrática de Cartes, pero sabe que tampoco puede prescindir de él y de su sector partidario, sin sacrificar la futura gobernabilidad. Le conviene que a Cartes no le acepten la renuncia a la presidencia y no alcance a jurar como senador electo (porque eso lo debilitará políticamente), pero no le conviene que él y sus senadores sean quienes lo impidan. El problema es que, sin los de Añetete que puedan oponerse, no alcanzarán los votos para impedir que jure.

Bajo ese dilema, se ha desatado una sorda guerra en el interior de la bancada senatorial del Partido Colorado, que hace palidecer a los episodios de las series televisivas como Game of Trones y House of Cards.

Parecía que ya todo estaba arreglado, pero algo se quebró. El senador y líder de bancada de Añetete, Beto Ovelar, ya se consideraba el exitoso maniobrador para asegurar la aceptación de la renuncia, con lo que se apuntaba a ser futuro presidente del Congreso, pero algunos colegas se le echaron atrás y le aguaron la fiesta.

Eduardo Petta y Arnoldo Wiens aseguran que no aceptarán la renuncia de Cartes, “por principios”. Blanca Ovelar está en duda, es más no que sí. Luis Castiglioni, Óscar Salomón, Víctor Hugo Paniagua y Ricardo Peralta se permiten también seguir en el campo de los dudosos y el propio Marito, que hace de la cautela una forma de gobernar, dijo que “analizará" mejor el asunto.

Desde el cartismo se sienten la gran presión y las amenazas sobre los de Añetete. Luis Gneiting pide “mano dura” y da a entender que hay traición a un supuesto acuerdo. Esta semana veremos qué se define. Parece casi seguro que Cartes conseguirá los votos para que le acepten la renuncia y pueda jurar. Pero, ¿y si no?