Aunque se sabe que es necesario hacer ajustes en un mediano plazo a la Caja de Jubilaciones y Pensiones del personal público, en el ámbito del Ministerio de Hacienda no se observan avances en encontrar alternativas específicas de reforma de este sector.
La Caja Fiscal, como se la denomina, es administrada por el Ministerio de Hacienda y tiene aproximadamente USD 700 millones de aportes de los jubilados del sector público depositados en el Banco Central del Paraguay, sin que generen rendimiento financiero. Al cierre de octubre, la Caja, tenía registrados 237.126 aportantes y 52.091 jubilados.
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con un horizonte al año 2050, la situación patrimonial deficitaria de la Caja Fiscal se situaría entre un 40% y 50% del PIB, algo así como USD 15.000 millones si se toma como cálculo el PIB previsto para este año.
Este saldo negativo será propiciado principalmente por tres sectores: magisterio nacional, policías y militares retirados.
Mientras que el saldo negativo originado entre los aportes y el pago de haberes de los maestros es cubierto con el resultado positivo de los demás sectores civiles que aportan a la Caja Fiscal (empleados públicos administrativos, docentes universitarios y magistrados judiciales); el déficit de los policías y militares retirados es cubierto con impuestos de los contribuyentes.
Independientemente de si el Poder Ejecutivo logra o no conseguir que se cree una Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones al final de este periodo gubernamental, el Ministerio de Hacienda debe comenzar a trabajar en propuestas que permitan disminuir la sangría de los sectores de docentes y de las fuerzas públicas pasivos.
En el año 2003 se logró contener el déficit con una reforma a la Caja Fiscal que, entre otras cosas aumentó del 14% al 16% la tasa de aporte, pero debido a decisiones políticas volvieron a aprobarse normativas que perforaron la Ley 2345/03 y el saldo negativo volvió a crecer. Se debe buscar un acuerdo político que logre contener lo máximo posible el saldo negativo del sector jubilado docente, policial y militar, incrementando los aportes o generando rentabilidad con los recursos existentes, de manera que los impuestos de los contribuyentes no se distraigan cada vez más hacia estos sectores.