Maduro, tres de sus delegados, el secretario general de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, y otros cuatro representantes de la oposición, se sentaron a la mesa de conversaciones, acompañados por enviados del Vaticano y de una comisión de ex gobernantes designados por Unasur, como facilitares de los acercamientos.
Maduro señaló a los miembros de la oposición que le tendían la mano para conversar. Ambos sectores se encuentran enfrascados en una lucha por el poder a la que se sumó la crisis económica traducida en una escasez de productos básicos, de divisas y una elevada inflación.
Los opositores señalan que la crisis se debe al desgobierno de parte de Maduro, en tanto que el oficialismo denuncia que existe una guerra económica impulsada desde el exterior por Estados Unidos.
La oposición quiso revocar el mandato de Maduro, pero la iniciativa fue anulada por el Consejo Nacional Electoral, en tanto que el presidente amenazó con encarcelar a los opositores.
A esto se suman las permanentes marchas de uno u otro sector para demostrar su poder político. La próxima marcha está convocada para el 3 de noviembre
Al encuentro no asistió el partido de Leopoldo López, Voluntad Popular, que condicionó su participación a la puesta en libertad de 13 dirigentes opositores que se encuentran encarcelados.
Del encuentro también participaron el ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España) y Martín Torrijos (Panamá).
La exploración del diálogo se inició con el auspicio de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que designó al grupo de mediación integrado por el ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y los ex mandatarios de Panamá Martín Torrijos y de República Dominicana Leonel Fernández.