28 mar. 2024

Humanizar la medicina

Miguel Benítez TW:@maikbenz

“Tenemos que humanizar la medicina”, me decía hace poco un amigo, estudiante de la carrera. Su padre, quien también fue médico, le aseguró que los doctores nunca deben olvidar el calor humano. El comentario lo hizo luego de contarme que, solo de su promoción, tres alumnos se quitaron la vida, dadas las presiones que debían soportar.

En los últimos años, el rubro de la salud se ha mercantilizado en demasía, pero esto no es propiedad exclusiva de Paraguay. No es ninguna novedad (y resulta obvio) que el seguro médico más costoso es el que brinda la mejor atención. El problema no pasa tanto porque el sector privado aplique las reglas del libre mercado, aunque se trate indirectamente de poner un valor a la vida humana. El inconveniente radica en que la salud pública del país es deficiente, con presupuesto escaso (casi todos los hospitales públicos sin infraestructura ni insumos). Cuando se tienen estos dos extremos la realidad es angustiante.

Y la culpa no la tiene precisamente el personal de blanco. Es más, la humanización debe empezar a favor de los profesionales de la salud. Muchos médicos residentes y enfermeros son explotados. Llegan a trabajar 48 horas seguidas, o más, y no existe cuerpo capaz de rendir al 100% sin descanso. Además, se tiene que considerar que son personas, con sus propios problemas, preocupaciones y necesidades, y que todavía deben seguir estudiando. Una mente acongojada y extenuada al cuidado de un paciente no parece ser una combinación muy razonable.

Estudiantes del sexto año de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA recientemente exigieron la creación de un departamento de salud mental y que se flexibilicen los horarios. Si bien la casa de estudios había emitido el año pasado una resolución para realizar talleres sobre este tema, se requiere una solución más holística. Los alumnos comentaban que son altos los índices de problemas de salud mental y que al menos un suicidio por año se registró en los últimos tiempos.

De acuerdo con un estudio realizado por investigadores del Hospital Central de Nueva York, los médicos tienen la tasa de suicidios más alta que cualquier otra profesión. Tras analizar los datos de una década, se concluyó que entre 28 y 40 médicos de cada 100.000 se suicidan. El resultado es alarmante porque representa una tasa mucho más alta que la que tiene la población general, indicó el reporte.

Toman la drástica decisión, principalmente por un cuadro de depresión no tratada o tratada a medias, aunque también pueden padecer otro tipo de enfermedades mentales. A los investigadores les sorprendió que existan más suicidios dentro del personal de blanco antes que dentro de las unidades militares. Afirmaron que las autoridades deben poner sus esfuerzos en evitar que el número crezca.

NO ES MITO. El burnout (desgaste profesional), la depresión y la angustia no deben ser tomados a la ligera. Lastimosamente, aún una parte importante de la población local cree que la depresión es un estado de ánimo temporal y que cambiará espontáneamente. Que meramente es una tristeza pasajera.

Por el contrario, se trata de una enfermedad muy seria que conlleva la pérdida del sentido por la vida y la disminución de las funciones síquicas. ¿Cómo un médico alterado mentalmente va a tener a su cargo la vida de otra persona? Es imposible.

Se requiere de una transformación en la medicina paraguaya y esta solo puede ser impulsada desde el Estado, empezando por regulaciones claras y promoviendo un mejor trato para los estudiantes de hoy, en cuyas manos reposará mañana nuestro bienestar.

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