La actitud de los diputados de la República es cínica y está cargada de hipocresía. El martes último el pleno y por unanimidad derogó el artículo 40 de la Ley de Presupuesto General de la Nación que establecía la bonificación extra conocida como tercer aguinaldo para funcionarios de instituciones públicas.
El gesto de los legisladores, que ahora alegan haber cometido un error y no medido los alcances de sus actos (en realidad jamás les importó esto, ejemplos de otros tantos casos de despilfarro hay a borbotones), es de una caradurez tal que si se burlaron aprobando aquella modificación, se vuelven a burlar derogándola.
Muchos analistas de ocasión instalaron la idea de que la aprobación del tercer aguinaldo –que generó la airada reacción de un gran sector de la población– era parte de una táctica cartista para reposicionar la imagen en decadencia del presidente Horacio Cartes; y que por eso, este salió de inmediato a anunciar que por decreto anulaba todas las bonificaciones y beneficios de los organismos dependientes del Ejecutivo, buscando el beneplácito público con el gesto populista. Lo mismo podemos decir de los diputados, que ahora derogan lo aprobado para dar el kele’e de que escuchan al pueblo y sus reclamos.
Todo es ficción, parte de un imaginario político-ideológico que busca manipular la percepción de la gente. Original e intencionalmente los parlamentarios en general, honrando siempre las excepciones, solo defienden los intereses mezquinos de poderosos políticos, económicos o mafias; y medran con la necesidad de la gente. La población y lo que ella pasa no les interesa. Aunque en nombre de ella cometen todo tipo de atrocidades.
Víctor Ríos es el proyectista de la aprobada derogación. Él mismo votó por el tercer aguinaldo. Luego trató de erigirse como el paladín de lo contrario. Gesto hipócrita e incoherencia petulante. Si realmente les interesara la cosa, sencillamente no hubieran aprobado aquella incorporación al Presupuesto.
Ahora buscarán echar tierra sobre el hecho y calmar las aguas, mientras en silencio vuelven a perpetrar otros abusos y lesiones contra los intereses de la gente. La doblez facial no tiene límites. De hecho, el martes, en un mismo acto derogaron las bonificaciones extras, pero rechazaron la eliminación de la Fuerza de Tarea Conjunta que asuela el Norte en nombre de una fracasada lucha contra el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) que solo sirve para gastar millones de guaraníes del presupuesto.
Decime si no.