Su batalla empezó desde el momento del diagnóstico. “La sociedad en sí al principio era muy dura, muy cerrada, pero no por maldad sino por desconocimiento. Puerta que golpeábamos era puerta prácticamente cerrada. Lo más doloroso fue el intento de la inclusión escolar, eso fue una osadía”, rememora su madre, Estela Velázquez.
Sin embargo, todo lo supera con amor y esfuerzo; y Guille, como lo conocen, está rompiendo barreras y consiguiendo la inclusión en su comunidad de Ayolas, Departamento de Misiones.
El adolescente cursa actualmente el 7º grado en la escuela básica 1315 San Roque; lo que hace sentir al joven y su familia que Ayolas va camino a una sociedad inclusiva. Desde el tercer grado tiene adecuaciones curriculares, en el 5° fue alumno distinguido y en el 6° fue mejor alumno. Hoy se lo ve izando el pabellón patrio, como cualquier niño de su edad.
Multifacético. Guille es un adolescente feliz que lleva una vida prácticamente normal, es cantante, estudia inglés y practica natación. Y, por supuesto, acompaña todos los logros de la comunidad para personas de su condición; hace semanas cortó la cinta de la habilitación del museo histórico ambiental de Yacyretá, adaptado al sistema braille, invitado por las autoridades. Participó con su grado de una visita didáctica al refugio faunístico, donde le hicieron conocer tres especies de animales mediante la palpación, atendiendo que él ve con las manos.
En cuanto al futuro, su madre expresa que lo único que desea es que su hijo sea feliz siempre y logre obtener un título universitario de su elección y que sea útil a sí mismo y a la sociedad.
Él va más allá y asegura que quiere ser presidente de este país, que él nació para eso, su meta es para el año 2043. “Nunca pierdan la esperanza porque todo se puede lograr con la fe puesta en Dios y mucho empeño personal”, aconseja Guille. (V. R.)