Culmina este año de centenarios, y diciembre corresponde a José María Rivarola Matto. De su numerosa obra, hoy quiero recordar su primera novela, Follaje en los ojos, pionera en muchos sentidos. Aunque la novelística no era lo suyo (solo póstumamente se publicará otra novela, La suela, que no logró culminar en vida), ya que luego se dedicó más a la dramaturgia y al ensayo, dicho libro es todo un hito en nuestra historia literaria.
El personaje principal, Eusebio, es el arquetipo del citadino que forzadamente ha tenido que ir a vivir al interior del país. Su educación es superior al promedio, donde la mayoría es analfabeta. Orgullos personales que se resuelven de una manera muy particular en el campo, lo llevan a huir e irremediablemente tener que trabajar en los obrajes del Alto Paraná.
Es en este punto donde la novela tiene su célebre tono de denuncia social, pues describe la penosa situación de semiesclavitud en la que trabajan los hacheros. Son básicamente dos capítulos del libro en el que Eusebio pasa momentos de penurias físicas y existenciales atrapado en esa cárcel hecha de pura selva.
Pero Eusebio no solo vive el drama de muchos paraguayos en los años anteriores a la Guerra del Chaco, sino que además está atrapado en un dilema amoroso. Follaje en los ojos también puede leerse como una épica, donde el amor es la liberación a todas las penurias. Pero no el amor hacia la mujer idealizada, aquella que no espera a Eusebio en la ciudad, sino la campesina humilde pero que son sus pequeños actos demuestra una ternura y una entrega sin pedir nada a cambio. Este paradigma de mujer paraguaya está perfectamente retratado en la novela a través del personaje de Clara.
Rivarola escribe pasajes donde hay un esmero hacia la prosa poética, y también hay varios momentos donde las disquisiciones filosóficas asoman, tendencia que luego nuestro escritor plasmará en libros filosóficos (de los cuales hablaremos en otro espacio). Eusebio es, por un lado, un hombre que extraña la comodidad de la burguesía urbana, y sin embargo reproduce todos los vicios que los lugareños del Alto Paraná encarnan. Esa fuerza del destino lo arrastra inexorablemente.
De este modo, el desenlace (y toda la novela) asumen la postura de los clásicos dramas griegos, donde el héroe está atrapado por potencias que son mayores a su voluntad.
La visión estereotipada del paraguayo campesino marca toda la obra. Follaje en los ojos es hasta hoy un canto más por la liberación de ese paraguayo que busca entre penurias y fatigas su destino. De ahí su plena actualidad, pues su denuncia todavía puede aplicarse a muchas situaciones, no solo del interior del país. En este año de Rivarola Matto, vaya este humilde homenaje a su genial y pionera novela.
