El ambiente en la industria es de inquietud ante un verano en el que, según las proyecciones citadas por medios como Variety y Fortune, la venta de entradas en cines de EEUU puede caer en torno a un 11% respecto al mismo periodo de 2016.
Hollywood conserva el estatus y la importancia económica como para hacer temblar a las compañías cinematográficas si no llegan resultados positivos. Como muestra, la recaudación global en los cines de todo el mundo en el 2016 alcanzó los 38.600 millones de dólares, de los cuales 11.400 millones correspondieron solo a los ingresos en EEUU y Canadá, según los datos de la Asociación del Cine de EEUU (MPAA, en inglés).
ÉXITOS. De mayo a agosto, la época en la que los grandes estudios suelen desvelar muchas de sus superproducciones, los espectadores estadounidenses han respondido masivamente a Wonder Woman, de DC Comics, que hasta ahora ha conseguido 402 millones de dólares en este país para un botín acumulado en todo el mundo que asciende a 797 millones.
También pueden estar satisfechos en Marvel con Guardians of The Galaxy Vol. 2 y Spider-Man: Homecoming, que han logrado en EEUU 389 y 306 millones, respectivamente. En el otro lado de la balanza, la cosecha veraniega de este año en EEUU ha estado caracterizada por los fracasos y resbalones de grandes proyectos.
Esa fue la triste suerte de Valerian and the City of a Thousand Planets, que por ahora solo ha ingresado 38 millones en EEUU y 51 millones más en el resto del mundo.
DECEPCIONES. La lista de decepciones veraniegas es larga: la nueva versión de Baywatch, con Dwayne Johnson, se quedó en 58 millones en EEUU (176 millones de recaudación mundial total); King Arthur: Legend of the Sword, de Guy Ritchie, con 39 millones en EEUU (143 millones de ingresos globales). También se situó en terreno peligroso Transformers: The Last Knight, que solo logró 130 millones en EEUU, pero que evitó la caída sumando un resultado global de 594 millones.
PÉRDIDAS. Los primeros en sufrir los patinazos de Hollywood han sido grandes cadenas de cines como AMC, que en el segundo trimestre perdió 176,5 millones frente al beneficio de 24 millones que obtuvo en el mismo tramo del 2016.
La incierta situación de la taquilla en Norteamérica coincide, además, con los debates acerca de cómo puede afectar al negocio del cine la expansión de los servicios de streaming y también en torno a la utilidad de las grandes campañas publicitarias ante el crecimiento de las redes sociales y de agregadores de críticas como Rotten Tomatoes. EFE