La suboficial ayudante Petrona Ovelar, quien fue imputada junto con el ex jefe de la Comisaría 11ª Metropolitana, comisario principal Sergio Paredes , y otros dos agentes por la extorsión a Tanya Villalba, a quien supuestamente le plantaron droga en su vehículo y que posteriormente quisieron “arreglar”, se defendió manifestando que no sabía de los planes de los otros uniformados, que en ese momento recibió una orden del suboficial segundo Arnaldo Lezcano para realizar un procedimiento, que debían de detener a una mujer y que ella tenía que requisarla.
El abogado de la suboficial, Javier Cáceres, estuvo más fuerte y aseguró que su cliente fue utilizada por los otros dos agentes para este operativo.
“Los otros dos agentes utilizaron a esta pobre mujer para el procedimiento, ella no sabía nada de lo que iban a hacer”, explicó.
En otro momento, el abogado dijo que su cliente no es operativa, que más bien es administrativa, que desde febrero que está destinada en la Comisaría 11ª Metropolitana para la recepción y redacción de las denuncias llegadas a la citada dependencia policial.
“Los otros dos agentes (el oficial primero Gustavo Narváez y el suboficial segundo Arnaldo Lezcano) se aprovecharon de mi cliente, ya que la misma es muy aplicada y como recién egresada la eligieron para hacer el procedimiento”, dijo Cáceres a radio Ñandutí.
Por su parte, la suboficial recordó que ese día martes se encontraba en la guardia de la comisaría cuando llegó el suboficial segundo Lezcano, quien le ordenó que le acompañara y que el propio comisario Paredes ya dio su conformidad para realizar un operativo, desconociendo de qué tipo de trabajo se trataba. Mencionó en entrevista con La Lupa que subieron a la patrullera y esperaron a que Tanya Villalba apareciera con su automóvil Picanto para segurirla después.
Posteriormente, reconoció que el oficial primero Narváez estaba siguiendo a Tanya Villalba en su vehículo de color negro y cuando llegaron sobre Mariscal López, el oficial subió a la patrullera y siguió el rodado de la víctima.
“Cuando alcanzamos Mariscal López y la calle Guetto, le encostaron al vehículo de Villalba y la metieron en el pasillo. Ambos se bajaron y yo me quedé en la patrullera, vi que empezaron a revisar el rodado, hasta que decidí bajarme, cuando el suboficial segundo saca un paquete del automóvil y le pregunta qué era eso, a lo que la mujer ya dijo que le habían plantado tal cosa y empezó a grabar con su celular”, explicó la suboficial Ovelar.