Por Pepe Vargas
Los pobladores que viven en los alrededores del cerro Ñemby acusan diferentes males ocasionados por la polvareda que a diario sale de la cantera.
Pero los fiscalizadores de la Secretaría del Ambiente (Seam) y de la Fiscalía del Ambiente, cuando van a verificar, ignoran la polución generada en el proceso de trituración de las piedras de hormigón. O, avisados, al momento de la inspección se activa el sistema de aspersión y riego para mitigar el polvo.
Problemas respiratorios y escozor en los ojos es lo menos que sufren los lugareños.
Serafín Espinoza vive con su familia hace 25 años a unos cien metros del cerro y da testimonio de que todos los días, “desde las siete de la mañana hasta las cuatro de la tarde”, los camiones de la empresa Concret-Mix van y vienen transportando la materia prima que extraen del pedregal.
“Nos rocían con la polvareda a diario; nos enferman a nuestros hijos, problemas respiratorios es lo que más genera y a la gente con asma afecta mucho más. También nos provoca picazón en los ojos”, relata don Serafín, quien mantiene a su familia con la venta de remedios yuyos.
Una nube de polvo se levanta “a 50 metros de altura aproximadamente, de lunes a sábado”, apunta don Serafín.
Regadío. El 7 de abril de 2014, los fiscalizadores de la Seam anotaron en su informe: “Se pudo observar que cuenta (la empresa) con reforestación de árboles nativos que son hechos en forma de compensación que pueden generar impacto (...). También cuentan con camiones hidrantes que hacen el regadío del área afectada. Cuenta con sistema de riego por aspersión para evitar la generación de polvo durante la trituración”.
“A veces riegan –contradice don Serafín–, pero igual el polvo llega a nuestras casas. Todos los días se repasa el piso, y a la tarde se ve como si fuera que no se limpió", comenta.
Terremotos. Las explosiones, en las últimas semanas se han intensificado en la cantera. Si bien se producen a una profundidad de siete metros, se siente cómo tiembla la tierra.
“Dos a tres veces al día detonan. Mis paredes están todas quebradas y mi techo gotea; andamos con bacín, balde y palangana. Llueve más adentro que afuera por culpa de las deformaciones”.
El miércoles próximo debatirán –dice– en el vecindario el pedido de resarcimiento económico a la constructora. “En otros países hay terremotos naturales, acá es provocado por esta empresa”, remata.