09 may. 2025

Escribana deja entrever que mensajes fueron editados

La escribana Gladys Teresita Ibarrola, quien se encargó de autenticar el documento de la transcripción de mensajes de texto en un grupo de WhatsApp de senadores opositores por pedido del abogado Luis Canillas, dejó entrever que la conversación que saltó a la luz pública fue editada.

Más dudas.  La escribana fue entrevistada ayer por Telefu-turo y dejó un manto de dudas sobre la denuncia de Canillas.

Más dudas. La escribana fue entrevistada ayer por Telefu-turo y dejó un manto de dudas sobre la denuncia de Canillas.

Indicó que tomó una foto al chat presentado por Luis Canillas, donde no se encuentra la respuesta del titular del Congreso, Roberto Acevedo, con los emoticones de bomba. No obstante, indicó a Telefuturo que el único elemento contundente es el mensaje de la senadora por el PDP, Desirée Masi, solicitando un sicario de medio pelo para supuestamente atentar contra el presidente.

“No tengo el teléfono. El teléfono fue entregado una vez terminado el trabajo. El doctor Canillas me entrega el teléfono y me dice que necesita hacer la transcripción de mensajes de texto de un grupo de WhatsApp que se llama SOS Paraguay. Hago la transcripción y en realidad lo que decía era contratar un sicario supuestamente, y se le pregunta a Roberto Acevedo; él decía que respondía con emoticones de bomba. Yo manipulo el teléfono para saber quiénes eran los integrantes del grupo, la marca, verificar el simcard. El teléfono debe estar en manos de Canillas”, señaló la escribana, con lo que evidencia que no coinciden los mensajes denunciados y se presume que hubo un editado.

La escribana dijo que se limitó a leer lo que le pidió el abogado Canillas, y los demás textos denunciados, como la supuesta planificación para dejar los cargos de presidente y vicepresidente de la República acéfalos, no lo hizo.

Tanto la escribana como la Fiscalía no cuentan con el aparato celular de Canillas, una prueba contundente para determinar la veracidad de la denuncia.

De hecho, varios analistas coinciden en que las pruebas presentadas por Luis Canillas carecen de validez y que la parafernalia mediática de la ANR se trata de una cortina de humo para desviar la atención del bochorno por el fraude que significó la presentación de las miles de firmas falsas en las planillas pro enmienda. Este último caso también está siendo investigando por el Ministerio Público, pero llamativamente con menor celeridad que la presunta amenaza.